Por Génesis Garro Murillo – Estudiante de la carrera de Derecho
¿Debería la Constitución Política modernizarse o debe el pueblo cambiar su perspectiva con respecto a la visión jurídico? A lo largo de mi vida, he observado a mi alrededor bastantes descontentos de la población a nivel jurídico en la implementación de las leyes y el manejo de la jurisdicción, protestas políticas y exigencias de nuevas necesidades que con el pasar de los años se incrementan. Sin embargo, el sentido de la perspectiva jurídica en Costa Rica o bien la mentalidad de las personas no se encuentra centrada en la democracia, en sus derechos y responsabilidades como ciudadano. Hay desinformación sobre la legalidad o sobre la forma que se emiten las leyes, no se preguntan si deberíamos hacer una reforma constitucional, y, de ser así mencionadas sus ideas y propuestas, no vemos el avance hacia un cambio, no se toman las medidas necesarias para paulatinamente formar una reforma constitucional. Costa Rica necesita más que ideas, propuestas y huelgas. Necesitamos un cambio de mentalidad, visión y perspectiva en el pueblo.
La Constitución Política tiene como propósito ser gestor de las garantías sociales e individuales. Es un marco que regula la manera en que se maneja el país, la cual, de forma rígida, requiere de un procedimiento (extenso y complejo) para ser modificada. La Constitución está integrada por 18 títulos con 197 artículos referidos a diversos temas y fue establecida para ser garante de los derechos humanos y la justicia en nuestro país. Nuestra amada ley fundamental de la república nos acompaña desde hace más de medio siglo rigiéndonos y dándonos la identidad que el país amerita. Ahora bien, la pregunta a plantear sería ¿por qué se debería modernizar la Constitución que nos ha regido durante más de 70 años?
Todos sabemos que el mundo está en constante cambio y cuando me refiero a mundo me refiero a nivel social, económico y cultural. Retrocedemos históricamente a 1949, a una sociedad sin internet, en la que existía menor institucionalidad con las mujeres fuera de la economía, géneros y orientaciones que fueron desconocidas por muchos años. Otros tiempos, otras mentalidades y otras necesidades en la población. Ahora, las nuevas generaciones siguen estando reflejadas en la Constitución, pero nos quedamos estancados con lo que respecta a derechos y garantías civiles. Debemos primordialmente definir ¿qué tipo de Estado somos y adónde vamos? Esto estaría plasmado en nuestra Constitución Política, la cual está definida como un principio de identidad que nos hace ser diferenciados de los otros países.
¿Cuál es, entonces, el verdadero problema?
La ineficiencia del sistema, aun siendo respaldado por las leyes, nos lleva a tomar determinaciones y analizar las grietas que tenemos en el gobierno, funcionarios públicos y privados y, claro, los habitantes de nuestro país. Para crecer como ciudadanos, se debe primeramente apoyar la jurisdicción, los ordenamientos jurídicos, las leyes, el gobierno y la democracia desde otra perspectiva, orgullosos de nuestro país y lo que a él le conforma, nacionalizados e informados sobre los temas que a cada uno responsablemente le corresponde saber. En mi opinión, las posibles soluciones serían empezar a implementar reformas parciales, un cambio gradual a nuestras leyes, acuerdos sociales, cambios electorales, mejoras en el gobierno y, claramente, el cambio de perspectiva de la población.