Por Sofía Agüero Salazar – Estudiante de la Licenciatura de Finanzas

Apenas la cuarta parte de los seres vivos sobrevivió al impacto de un asteroide sobre la Tierra, hace 66 millones de años. Se extinguieron los grandes dinosaurios, solo llegaron a nuestros días las especies que se adaptaron. La clave de la sobrevivencia, a fin de cuentas, es una palabra: ¡adaptarse!; quienes se detienen, retroceden. Las crisis depuran el mercado, es una ley implacable de la naturaleza que actúa sin contemplaciones. Con el COVID 19 hemos tenido sectores ganadores y lamentablemente perdedores, esto porque no se logró seguir el ritmo tan veloz de adaptación al confinamiento, por la restricción a la movilidad y porque el modelo de negocio —expuesto ante esta situación— quedó obsoleto.

El sector bancario debió acelerar su digitalización, se vieron en la necesidad de reducir el contacto personal, pero, además, con este escenario las Fintech tomaron mucha fuerza, se contribuyó a eliminar la burocracia y facilitar los trámites cotidianos de los clientes. En marzo del 2020 se realizaron 1.2 millones de transacciones por sinpe móvil, un incremento del 15,2% más del año anterior en la misma fecha y, meses más tarde, en julio, se registraron 4.5 millones de movimientos, lo que significó 79.000 millones de colones, según datos del Banco Central.

Los pagos en establecimientos comerciales, de servicios públicos, créditos, entre amigos y familia migraron hacia lo digital. Los neobancos como Wink y negocios fintech de transferencias como Kash en Costa Rica han destacado en este tema. Plataformas rápidas, amigables y fáciles para el usuario. El sector tecnológico definitivamente es una de las puntas de lanza, la creación de páginas web, aplicaciones móviles, redes sociales y el e-commerce. Este último incrementó en el 2020 al 13% de penetración en la cuarentena- han tomado relevancia para colocarse como ganadores en la crisis.

Los restaurantes y el turismo han sido los sectores más maltratados por el COVID. Al inicio de la pandemia Forbes Centroamérica informó que en el país disminuyeron el 80% de las ventas en este tipo de negocios. Entre marzo y julio de 2020 se reportó la devolución de 774 patentes de restaurantes en municipalidades. Después de la encuesta realizada por el INEC para determinar la tasa de desempleo, se conoció que el 62,3% de las personas que laboran en restaurantes y hoteles se vieron afectadas por la enfermedad. En Guanacaste se han perdido 43.430 empleos relacionados al turismo. El sector que en el 2019 representaba el 6,3% del PIB fue aplastado (INEC). El riesgo de contagio disminuye las actividades presenciales y estos modelos de negocio son los heridos.

La crisis sanitaria irá seguida de una económica y finalmente de otra política. En casos extremos derivará en una social, pero solo se llegará a ella si los empresarios dejan de innovar, de “reinventarse” y de proponer soluciones creativas, acompañado de reformas estructurales gubernamentales y mejores condiciones para las PYMES y empresarios en general. El fantasma que recorre Europa, como anunció Carlos Marx en su Manifiesto Comunista de 1848, no fue la guerra de clases; pero el COVID-19 puede ser el espectro que acabe con las empresas incapaces de adaptarse y sobrevivir.

 

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