Por Raquel Arias y Alfonso Barboza - Estudiantes de la carrera de Seguridad Laboral y Ambiental

Actualmente las organizaciones están enfocadas en el riesgo, cómo gestionarlo para evitar las pérdidas humanas y materiales que, finalmente, se ven reflejadas como pérdidas económicas. Por lo general, las compañías tienen profesionales internos o externos que pueden dar seguimiento a la gestión de riesgos que amenazan a una organización. Sin embargo, ¿qué pasa con los riesgos de las viviendas unifamiliares? En una vivienda existe diversidad de peligros y situaciones que ponen en peligro la integridad de los ocupantes del hogar. Además, las estadísticas del Cuerpo de Bomberos indican que la mayoría de las muertes por emergencias causadas por fuego se dan en casas de habitación.

Hay varios elementos que influyen en el tema, como el que las emergencias no son las únicas amenazas que se deben contemplar. Hay otros factores como presupuestos, personal capacitado para tipos de riesgos, inclusive, el menosprecio de este tipo de planes. Por lo general, la prevención se toma como un gasto y no como una inversión.

Si se considera que incluso en una industria con personal dedicado a este ámbito, muchas veces no se cumple con las condiciones mínimas para la seguridad humana; se deduce que en una vivienda el panorama aún puede ser más crítico. Una de las grandes ventajas de tener un plan de emergencia es que se da información sobre cómo actuar en situaciones de emergencia; tal es el caso del acondicionamiento de áreas que podrían empeorar la situación. Es importante evitar poner en riesgo vidas humanas.

Los puntos principales y mínimos que debe tener un plan de emergencias para el hogar son los siguientes:

• Se debe hacer una identificación de los peligros que están dentro y fuera del hogar; buscar como eliminarlos, sustituirlos y, en última instancia, aminorarlos con algún tipo de protección.
• En caso de incendio, identificar todas las salidas que tenemos en nuestro hogar y, adicionalmente, algún otro medio por donde escapar.
• Es muy importante que absolutamente todos los miembros de la familia conozcan qué hacer en caso de emergencia; por ejemplo, los números a dónde llamar.
• Debemos dibujar un croquis que incluya todas las áreas de la vivienda, dónde están los elementos de seguridad, las salidas; y remover obstáculos y objetos punzocortantes, entre otras medidas necesarias.
• Por último, debemos realizar un simulacro y repasar las fases que planteamos en el plan familiar, en caso de una emergencia real.

Con estos simples pasos podemos prevenir incidentes y el daño a algún miembro de nuestra familia. Es indispensable trabajar en las formas de contingencia que vamos a requerir para aminorar los riesgos. Estos son los elementos principales que deberíamos tener en una vivienda en caso de una emergencia:

• Un extintor de por lo menos 4.g de polvo químico que brinde cobertura contra los principales tipos de fuego.
• Lámparas de emergencia que señalen las rutas de evacuación.
• Las llaves de portones y puertas en un solo lugar donde todos los miembros de la casa puedan ubicarlas.
• Detectores de humo en cada aposento de las viviendas.

Como complemento a las acciones antes descritas, también se deben evitar los actos inseguros como los siguientes:

• Colocar el cilindro de gas licuado de petróleo dentro de la vivienda.
• Realizar instalaciones eléctricas clandestinas, sin un diseño o con materiales de mala calidad.
• Tener productos inflamables, químicos o venenosos dentro de la casa o alcance de los niños.

Cuando se realizan estas acciones básicas en las viviendas, podemos decir que estamos tomando las previsiones mínimas, pero que no estamos cien por ciento seguros. Siempre vamos a tener que hacer revisiones y mejorar continuamente nuestro plan. Muchos beneficios se obtienen de estas pequeñas grandes acciones:
• Mejora la capacidad de respuesta y reacción de los integrantes del hogar, en caso de emergencia.
• Disminuye la vulnerabilidad ante la emergencia.
• Se evitan pérdidas humanas y económicas.
• Se minimizan las consecuencias y severidad de los posibles eventos catastróficos evitando así pérdidas humanas y económicas.

Como se puede observar, acciones como las anteriormente descritas pueden tener resultados muy satisfactorios. Para concluir, hay que recordar que prevenir es la palabra clave porque sólo así se evitan pérdidas lamentables y daños colaterales a personas y viviendas cercanas.

 

MOXIE es el Canal de ULACIT (www.ulacit.ac.cr), producido por y para los estudiantes universitarios, en alianza con el medio periodístico independiente Delfino.cr, con el propósito de brindarles un espacio para generar y difundir sus ideas.  Se llama Moxie - que en inglés urbano significa tener la capacidad de enfrentar las dificultades con inteligencia, audacia y valentía - en honor a nuestros alumnos, cuyo “moxie” los caracteriza.