Por Reynaldo Membreño – Estudiante de la carrera de Ingeniería Industrial

Desde el inicio de la Revolución Industrial se ha observado un crecimiento de la industria manufacturera, al punto de que, en el 2013, el Informe sobre Desarrollo Industrial de la Organización de las Naciones Unidas estimaba que 1 de cada 6 personas trabajaba en esta área (Uriarte, 2019). La pandemia del COVID-19 ha impactado en la macroeconomía afectando a esta industria de manera inesperada “por primera vez en la historia […] la demanda, el suministro y la disponibilidad de la fuerza laboral se ven afectados a nivel mundial al mismo tiempo” (Kroupenev, 2020). El confinamiento social ha cambiado drásticamente los modelos de trabajo, la comunicación y el consumo de bienes y servicios, coyuntura que ha evidenciado la debilidad de los modelos económicos, la alta dependencia a los mercados asiáticos proveedores de insumos, el agotamiento del modelo de globalización y el estancamiento de muchas economías (CEPAL, 2020). De allí la importancia de relocalizar la producción, en busca de un modelo económico más regionalizado.

Las medidas sanitarias para prevenir la propagación del COVID-19 han paralizado casi en su totalidad la manufactura mundial, y han causado la escasez de materias primas y componentes intermedios. Asociaciones como INDEX y NAM revelan que México presenta un desabastecimiento del 45% y Estados Unidos un 35,5% (INDEX, 2020; NAM, 2020). También China se ha visto afectada, ya que “es un gran cliente industrial de productos y componentes de alto valor importando un total de más de 2 billones de dólares en bienes a nivel mundial” (Kilpatrick y Barter, 2020, p. 12). Este rezago afecta la cadena global de valor en las empresas que se encuentran repartidas estratégicamente por el mundo, y cuestiona la efectividad de la globalización en la actualidad al depender de un solo país como proveedor de bienes. Esto hace que muchos gobiernos impulsen la industria nacional, buscando el repliegue de las cadenas de valor.

La idea de repatriar empresas que han sido centro de producción en el extranjero podría ser una apuesta arriesgada, en especial cuando muchas naciones no cuentan con los recursos o no son capaces de producir la materia prima para cubrir la oferta y demanda de bienes y servicios, situación inasumible para las economías dependientes solo del comercio. Aun así, López (2020) afirma que “la guerra comercial entre Estados Unidos y China […] estaba llevando a muchas empresas a retornar a sus países […] o a reubicarse en países en vía de desarrollo”. Por tanto, la relocalización de la producción no se limita al escenario del COVID-19; impulsar la integración económica, con una producción más cercana, podría representar una buena estrategia en la reducción de riesgos.

La organización actual ha evidenciado su vulnerabilidad, debido a la interdependencia entre países y empresas a nivel mundial. La capacidad de reacción y la dimensión del impacto dependen mucho de la estructura productiva de cada economía; reconfigurar el modelo de los mercados internacionales por uno más integral y con una globalización más controlada, privilegiando una economía más regionalizada y menos dependiente, implicaría la diversificación de la red de proveedores y favorecería ubicaciones más cercanas a los mercados finales de consumo, rediseñando los procesos hacia la manufactura aditiva, las plataformas de teletrabajo y la automatización (CEPAL, 2020). Estas tendencias llevan algún tiempo en uso y la crisis puede llegar a convertirlas en la nueva normalidad de manufactura mundial.

 

MOXIE es el Canal de ULACIT (www.ulacit.ac.cr), producido por y para los estudiantes universitarios, en alianza con el medio periodístico independiente Delfino.cr, con el propósito de brindarles un espacio para generar y difundir sus ideas.  Se llama Moxie - que en inglés urbano significa tener la capacidad de enfrentar las dificultades con inteligencia, audacia y valentía - en honor a nuestros alumnos, cuyo “moxie” los caracteriza.

Referencias bibliográficas:
• CEPAL. (2020). Dimensionar los efectos del COVID-19 para pensar en la reactivación. https://www.google.com/url?sa=t&source=web&rct=j&url=https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/45445/1/S2000286_es.pdf&ved=2ahUKEwiUsIDWsNnpAhXQdN8KHZ1nCkoQFjAAegQIBRAC&usg=AOvVaw3T8P2CiYK2KaLoCgu38cmT
• INDEX (2020). INDEX crea grupo de trabajo para prevención de COVID-19. Consejo Nacional de la Industria Maquiladora y Manufacturera de Exportación. https://www.mms-mexico.com/noticias/post/index-crea-grupo-de-trabajo-para-prevencion-de-covid-19
• Kilpatrick, J. y Barter, L. (2020). COVID-19 Administrando riesgos y disrupciones en la Cadena de Suministro. Deloitte. https://www.google.com/url?sa=t&source=web&rct=j&url=https://www2.deloitte.com/content/dam/Deloitte/cl/Documents/strategy/cl-COVID19%2520Administrando%2520riesgos%2520y%2520disrupciones%2520en%2520la%2520cadena%2520de%2520suministro%2520vs2.pdf&ved=2ahUKEwja6IrBrtnpAhWJmeAKHU_yDdsQFjACegQIBBAB&usg=AOvVaw0MOa3pABUnhHB7-YDJifN8
• Kroupenev, A. (2020). What Will Manufacturing´s New Normal Be After COVID-19? Industry Week. https://www.industryweek.com/technology-and-iiot/article/21129334/what-will-manufacturings-new-normal-be-after-covid19?utm_source=QM+News&utm_medium=email&utm_campaign=CPS200420018&o_eid=0371F6929723E7U&rdx.ident%5Bpull%5D=omeda%7C0371F6929723E7U&oly_enc_id=0371F6929723E7U
• López, D. 2020. COVID-19 ¿El final del made in China? Economipedia. http://economipedia.com/actual/covid-19-el-final-del-made-in-china.html
• NAM. (2020). Economic and Operational Impacts of COVID-19 to Manufacturers. National Association of Manufacturers. https://www.nam.org/coronasurvey/
• Uriarte, J. (2019). 10 características de la Industria Manufacturera. Características. https://www.caracteristicas.co/industria-manufacturera/