Una encuesta de las universidades de Northeastern, Harvard, Rutgers y Northwestern indica que los estadounidenses "informados" mediante publicaciones de redes sociales están más propensos a creer en información errónea sobre conspiraciones, factores de riesgo y tratamientos preventivos.

El estudio analizó las actitudes y los comportamientos de los norteamericanos en torno al COVID-19.

James Druckman, profesor de ciencias políticas en la Universidad de Northwestern, comentó:

Los resultados confirman los temores iniciales de que las redes sociales contribuyan a la desinformación sobre COVID-19. Esta información errónea puede, a su vez, tener consecuencias nefastas cuando se trata de comportamientos individuales y atribuciones grupales".

De las 21.000 personas encuestadas en Estados Unidos entre el 7 y el 26 de agosto, el 28% de los usuarios de Snapchat, el 23% de los usuarios de Instagram y el 25% de los usuarios de Wikipedia creían en afirmaciones inexactas.

En lo que respecta a los encuestados que recibieron noticias de Facebook Messenger en las 24 horas anteriores, el 26% era probable que creyera una afirmación falsa. El dato más alto lo mostraron los usuarios que se informaban mediante WhatsApp, ya que el 31% se mostró propenso a la información errónea. 

Por el contrario, los niveles más bajos de percepciones erróneas surgieron para aquellos que recibieron noticias sobre la pandemia de noticias de la televisión local, sitios web, aplicaciones de noticias y periódicos comunitarios (11% en cada caso).

Los investigadores obtuvieron la información preguntando si la gente creía en 11 afirmaciones falsas sobre COVID-19, que han circulado en línea desde el comienzo de la pandemia. Entre el 7% y el 22% de los encuestados indicaron creer en alguna de las afirmaciones falsas.

Hallazgos adicionales mostraron que los menores de 45 años eran más propensos a creer afirmaciones falsas, y que las edades mayores eran menos propensas.

Aunado a estos datos, también existieron brechas raciales en la desinformación. Los afroamericanos tenían el nivel promedio más alto de creencia en las 11 afirmaciones falsas (17%), seguidos por los hispanos (16%), con los blancos y asiáticoamericanos en el 13%. 

Además, la encuesta encontró una fuerte relación entre creer en información errónea y el uso de una mascarilla. Los encuestados que creyeron en algunas de las afirmaciones falsas tenían menos probabilidades de seguir las pautas con respecto al uso de mascarillas para protegerse del virus.

Si usted gusta acceder a la encuesta completa, puede hacerlo en el siguiente link: "The COVID-19 Consortium for Understanding the Public’s Policy Preferences Across States"