Por Keren Calvo Rodríguez – Estudiante de la carrera de Publicidad

En el pasado ha sido todo un reto para los expertos estudiar el comportamiento de los consumidores en el mundo, ya que este varía constantemente. Las decisiones de compra para algunos son una cuestión lógica y sistematizada; sin embargo, para otros son un estímulo emocional, por lo que las marcas a lo largo de los años han luchado por modificar la motivación de compra de los consumidores para así atraerlos y convencerlos de que son la mejor opción en el mercado; pero no es tan fácil, la compra se ve determinada también por factores económicos, sociales y culturales. A pesar de esto, de un día para otro sucedió lo imposible, y el comportamiento de las masas se transformó de manera instantánea en marzo del 2020. El COVID-19 llegó a Costa Rica y logró que las personas se sentaran a analizar sus prioridades y les dieran un nuevo orden, lo que se traduce muy bien en una nueva forma de vivir, comprar y manejarse en la sociedad. Lamentablemente, el aislamiento social ha generado una crisis económica tan fuerte que los perfiles de los consumidores ticos serán diferentes a partir de ahora y para siempre, y esto implicará un nivel de adaptación altísimo por parte de las empresas nacionales.

A estas alturas de la pandemia, el 80% de los josefinos ya cambiaron sus hábitos de consumo, esto debido a que más de 130 mil personas han perdido sus trabajos y más del 30% de los trabajadores ha experimentado una reducción de su jornada laboral (Tanzi, 2020). Al verse afectados los ingresos de las familias ticas el comportamiento se ha transformado, los productos y servicios que satisfacen más deseos que necesidades, como el turismo, los lujos, el comercio de la belleza y el autocuidado, han quedado en un segundo plano. Por otro lado, la economía del país decrecerá un 3,6% en el presente año a causa de la pandemia (Estrada, 2020), lo cual refleja muy bien la gravedad de la situación, ya que, a pesar de que la economía se ha visto fuertemente afectada, se espera que se agrave a partir del mes de septiembre, aunque también se espera que se recupere un 2,3% en el 2021 (Estrada, 2020). En el presente, existe un contraste muy marcado con respecto a los hábitos de consumo: están los que a duras penas pueden satisfacer las necesidades primarias, y los que aún en medio de la crisis se permiten lujos y extravagancias, pero mientras la vida esté en riesgo y el futuro sea incierto esta lista de consumo será cada vez más y más pequeña.

Por el momento existen muchas posibilidades de que la economía se hunda en una crisis que marque toda una década, que la calidad de vida en el país disminuya significativamente, o que la pobreza alcance un nivel imposible de retroceder. Ahora bien, todas estas son posibilidades negativas; sin embargo, lo cierto es que las organizaciones en el presente deberán enfrentar el reto enorme de la adaptación para sobrevivir y ajustarse al nuevo estilo de vida de los costarricenses. Es una cuestión de comprender que la necesidad ha cambiado y de contar con la flexibilidad necesaria para ajustarse a un estilo de vida que sigue en descubrimiento.

En conclusión, se debe buscar restablecer la cadena en la que los trabajadores, al recibir su paga, tienen la capacidad de comprar y mantener el mercado de bienes y servicios circulando. Por el momento es necesario que las empresas y los consumidores sigan realizando jugadas estratégicas que les permitan sobrellevar esta situación de la mejor manera posible. Sin embargo, es necesario actuar con ética y moralidad, ya que la realidad es que el contraste entre los que no tienen lo necesario para satisfacer sus necesidades y los que no tienen un límite para satisfacer sus deseos es triste y preocupante. No obstante, cada acción solidaria puede significar el beneficio de las familias más afectadas. Sea cual sea la forma, según la información mencionada anteriormente, el país superará la crisis y se recuperará con los años, pero, hoy por hoy, hay familias que necesitan un empujón extra, y usted con una acción pequeña puede disminuir este contraste doloroso.

 

MOXIE es el Canal de ULACIT (www.ulacit.ac.cr), producido por y para los estudiantes universitarios, en alianza con el medio periodístico independiente Delfino.cr, con el propósito de brindarles un espacio para generar y difundir sus ideas.  Se llama Moxie - que en inglés urbano significa tener la capacidad de enfrentar las dificultades con inteligencia, audacia y valentía - en honor a nuestros alumnos, cuyo “moxie” los caracteriza.

Referencias bibliográficas:
• Estrada, M. (2020). Economía de Costa Rica decrecerá un 3,6% en el 2020 debido al COVID- 19, según Banco Central. Recuperado de https://semanariouniversidad.com/ultima- hora/economia-de-costa-rica-decrecera-un-36-en-el-2020-debido-al-covid-19-segun-banco-central/
• Tanzi, C. (2020). 130 mil personas han sido despedidas por la pandemia, según cifras del Bono Proteger. Recuperado de https://observador.cr/noticia/130-mil-personas-han- sido-despedidas-por-la-pandemia-segun-cifras-del-bono-proteger/