Por Marianne Morgan – Estudiante de la carrera de Administración de Negocios

Las personas piensan antes de tomar una decisión, lo valoran, evalúan y consideran si es lo mejor o no. ¿Qué es el consumo inteligente? ¿Comprar siempre lo más barato? ¿Comprar en cantidades pequeñas? El consumo inteligente es analizar detalladamente el proceso de decisión de compra. Pensar inteligente se refiere a buscar no siempre lo más barato, sino ahorrar de una manera en que se compren productos de calidad y a un buen precio. Los consumidores inteligentes son las personas que piensan antes de comprar, y tienen la habilidad de tomar decisiones y elegir un producto o servicio basado en sus necesidades.

Un consumidor inteligente analiza todas sus opciones. Antes de comprar se informan, buscan y evalúan cuál producto va verdaderamente a cubrir su necesidad. Antes de actuar, ven y valoran aspectos como el precio, calidad, cantidad, garantía y promoción de un producto o servicio. Un consumidor inteligente va más allá de saber qué comprar, también suele cuidar y mantener lo que tiene, y sabe ahorrar de una manera responsable, por ejemplo, en los servicios, como el agua y la luz.

Las personas, desde pequeñas, siguen patrones y se dejan influir por su entorno, grupos sociales, familiares, entre otros. Estos factores externos influyen en su comportamiento: compran por conveniencia o se sienten obligados a comportarse de cierta manera para poder pertenecer a un grupo o por el hecho de que está de “moda”, dejando por fuera el verdadero motivo de compra, que es comprar lo que en realidad se necesita. Un consumidor inteligente evita ser afectado por factores externos y lograr él decidir esa decisión de compra, que se basa en sus necesidades y prioridades.

Actualmente, las empresas buscan la manera de satisfacer alguna necesidad de sus consumidores. Están rodeados de mucha competencia y deben ser inteligentes, capaces y conscientes de atender y cumplir lo que el consumidor busca. Las marcas costarricenses deben incursionar en el consumo inteligente. Los costarricenses han empezado a adaptar este tipo de consumo, por esto las empresas costarricenses deben, por responsabilidad, educar a sus consumidores.

Las marcas deben crear nuevas estrategias para hacer caer en conciencia a sus consumidores de sus gastos y necesidades. Deben lograr que las personas reflexionen sobre lo que gastan, hacerlos pensar en qué están invirtiendo su dinero y si verdaderamente lo necesitan y les conviene. Se debe educar a las personas a llevar un consumo inteligente, para poder cubrir otros gastos importantes, principales y necesarios, e incluso lograr cubrir deudas. Por esto, las empresas deben diseñar e implementar mecanismos de enseñanza, brindar consejos e informar, no solo para que estén conscientes de su estado financiero sino también de lo que son capaces y de sus necesidades primordiales; aún más cuando estamos ya frente a un mundo con importantes desafíos económicos.