Es el año 2013. Mónika camina por la sala de su hogar con la mirada expectante de sus 7 hermanos y una lágrima que recorre la mejilla porque "no la pudo aguantar más". Hace tan solo unos minutos, en un ambiente lleno de reclamos y algunos gritos, sus padres le decían que debía irse de casa porque les llegó un rumor de que "su hija se besaba con mujeres".

Mónika abre la puerta y se va. Tiene la duda si dar un paso a la derecha o a la izquierda, pero está segura que caminar es su única opción:

Yo siempre he añorado tener una familia porque la mía nunca cumplió ese rol."

5 años después, Mónika está sentada en el sillón de su apartamento y pasando los canales se encuentra con una noticia de última hora. En el televisor hay una señora que explica por qué Costa Rica debe proporcionar el matrimonio igualitario a las parejas del mismo sexo.

Esperanzada. En la UCR habíamos luchado por recoger firmas y era tan lindo pensar que tal vez sí iba pasar."

Unos meses después, el teléfono suena: es una notificación de Instagram. Una tal Camila le envía una solicitud de seguimiento y acompaña la petición con un mensaje privado: "Hey ¡Qué chuza esa frase de Orange is the New Black!".

Mónika sostiene el celular en sus manos por unos minutos, revisa el perfil de la muchacha y responde con las dudas normales de los corazones que se han quebrado más de una vez:

Recuerdo que tenía una frase de la serie "Orange is The New Black" en la descripción, pero mi recuerdo más marcado era verla en la foto con un suéter rojo de lana porque se veía preciosa" comenta Camila.

Camila la invita a salir y Mónika le dice que no. La joven de 27 años aún no está preparada emocionalmente y, aunque "la chiquilla" le llama bastante la atención, prefiere hacerse "la rogada" por unos meses.

Podría alargar un poco más estas líneas pero a Mónika poco le duró el aguante y con un cálculo digno de la NASA, le responde la típica historia de la cafetería josefina. "Hey ese lugar se ve precioso, deberíamos ir algún día" escribió.

Muy millenial lo nuestro" dicen en perfecta sintonía y con una complicidad que cualquiera desearía en estas épocas.

Camila recibe el mensaje y suelta una risa. Sus padres la observan y con solo una mirada, se alegran en secreto. Ellos no saben que a Camila le gustan las mujeres, sin embargo, su hija del medio (son tres hermanos) ya tiene 25 años y nunca ha presentado un novio o una novia en la casa.

Mónika fue la primera pareja que llevé a la casa. A mis papás no les gustó tanto la idea al principio pero poco a poco todos nos fueron aceptando y hoy nos vamos a quedar a dormir donde mis papás, como todos los fines de semana." aseguró Camila.

El amor creció en paralelo a los dos años de espera para que el matrimonio igualitario se convirtiera en una realidad.

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La noticia nunca mortificó a la pareja, pero sí la dejó en un punto incómodo por la cantidad de costarricenses que no deseaban reconocerles un derecho y los políticos que parecían patear la pelota para no quedar mal.

Teníamos miedo que que fuera solo una estrategia para ganar votos. Pasaban los días y todo parecía alargarse aún más." comentó Camila.

"¿Y si nos casamos?" marcó la historia para siempre. Es decir, su química la desearía más de un matrimonio, pero hay derechos necesarios para formalizar una vida juntas. Ambas destacan:

Deseamos adquirir nuestra casa propia y tener la posibilidad de ser vistas como un matrimonio frente al financiamiento es algo que valoramos mucho. También el hecho de poder apoyar a la otra en la enfermedad, desde la compañía y con los seguros."

Hace 7 años, Mónika decidió caminar. Lo hizo sin parar y, aunque las lágrimas por la pérdida de la relación con sus padres no han faltado, encontró un nuevo hogar en el camino. Hablamos de una familia conformada por una "mandada mujer con anteojos" y todas las personas "maravillosas" que ella trae en sus espaldas.

La abuelita de Cami me llama todos los días. Hablamos siempre y me pregunta cómo estamos. Sin lugar a dudas, ellos son mi nueva familia" indicó Monika.

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Mónika es trabajadora social y Camila es enfermera. Ambas tenían intenciones de casarse el 27 de junio, sin embargo, la pandemia obligó a reimprimir las invitaciones.

La pareja no quiere hacerlo en soledad porque su ilusión es dar un abrazo gigante a todas las amistades y familia que siempre han aceptado su relación tal y como es: amor, no más.

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