Familiares de opositores detenidos en Nicaragua iniciaron ayer una huelga de hambre exigiendo al gobierno la inmediata liberación de 138 personas que denominan “presos políticos”, mientras la policía mantiene rodeada la parroquia donde se manifiestan y no permite el ingreso de ayuda humanitaria.
La campaña “Navidad sin presos políticos” fue anunciada por los opositores días previos e incluyó varias manifestaciones en centros comerciales, iglesias y avenidas de Managua que terminaron en represión policial por lo que un grupo de nueve mujeres; madres, esposas y hermanas de los detenidos decidieron iniciar la huelga indefinida sin ingerir alimentos.
La parroquia San Miguel, situada en Masaya, a 30 km de la capital Managua, fue rodeada por un contingente de fuerzas especiales de la policía Nacional al conocerse que los opositores realizarían allí su huelga de hambre y el perímetro de la iglesia ha sido bloqueado por oficiales que no dan explicación del operativo. El sacerdote Edwin Román, reconocido por asistir humanitariamente a los manifestantes opositores al gobierno, denunció que tras el asedio policial, una cuadrilla de la entidad de agua y otra de electricidad de la ciudad, suspendieron los servicios sin explicación a pesar de contar con los recibos de pago en orden.
“Daniel Ortega y Rosario Murillo estás demostrando tu debilidad. Estás demostrando que te encuentras en la cuerda floja y que Nicaragua un día de estos te va a lanzar al basurero de la historia” declaró el sacerdote, tras verse obligado a oficiar parte de la eucaristía en la puerta del templo debido a que la policía impedía el acceso a los feligreses.
El bloque opositor Unidad Nacional Azul y Blanco emitió un comunicado anoche denunciando el arresto de al menos 13 personas que intentaban dejar agua a los familiares dentro de la iglesia pero fueron detenidos y trasladados a la dirección de Auxilio Judicial, conocido como “El Chipote” en Managua. “Exigimos que se respete su integridad física y su inmediata liberación, así como la liberación de los más de 130 presos políticos que aún están en las cárceles de la dictadura”, cita el comunicado.
“Nosotros recibimos parte de esa agua que dejaron y estamos orando igual por la libertad de ellos” declaró esta mañana la abogada y defensora de derechos humanos Yonarqui Martínez, quien se encuentra acompañando a los familiares dentro de la parroquia rodeada por motorizados afines al gobierno y fuerzas anti disturbios de la policía.
La Arquidiócesis de Managua emitió un comunicado esta tarde afirmando que mantienen constante comunicación con el sacerdote Román e instaron a las autoridades a respetar la libre movilidad de los ciudadanos y la libertad religiosa, evocando la Constitución Política del país. “El arzobispo y el clero arquidiocesano, condenan y lamentan el asedio e intimidación que sufre el Edwin y fieles, por la Policía Nacional”, cita el comunicado. Un grupo de sacerdotes y una comitiva de derechos humanos han intentado ingresar a la parroquia sin éxito.
Ortega: Bolivia es una prueba de fuego
Las detenciones y represión acontecen tras el llamado de líderes sandinistas a sus bases para una “movilización permanente en defensa de las conquistas alcanzadas”. Gustavo Porras, presidente del parlamento y reconocido sindicalista pro gobierno, hizo pública una reunión con otros dirigentes sandinistas a quienes invitó a “tensar al máximo” sus fuerzas en contra de opositores a quienes acusa de incentivar un golpe de estado al gobierno.
La noche del miércoles, Juan Carlos Ortega, hijo del presidente y vicepresidenta, se manifestó con un grupo de personas frente a las oficinas del Consejo Superior de la Empresa Privada, Cosep, anunciando la creación del Movimiento 4 de Mayo y declarando “enemigos” del pueblo a los empresarios del país. “Apenas estamos empezando, escuchen bien, apenas estamos empezando”, advirtió.
“Denunciamos y hacemos responsable al gobierno y a sus estructuras partidarias de cualquier daño físico a la integridad de nuestros dirigentes y colaboradores empresariales” respondió el Cosep. Así mismo afirmaron que el gobierno mantiene una campaña en su contra “caracterizada por amenazas graves que promueven la cultura de intolerancia, el odio y la muerte”.
Anoche, el mandatario nicaragüense se refirió al apoyo que la iglesia católica y empresarios han brindado a los movimientos opositores del país, asegurando que podría tomar las armas para mantenerse en el poder. “Hemos apostado a la vía electoral, pero lo de Bolivia es una prueba de fuego para que se pueda sostener la mínima confianza en la vía electoral, de lo contrario, los pueblos se sentirán con todo el derecho y la obligación de buscar las armas para tomar el poder por la vía revolucionaria”, declaró Daniel Ortega.
Violeta Granera, de la Unidad Nacional Azul y Blanco, respondió que la oposición pretende “forzar a una salida electoral” de Ortega, en el poder desde 2007. “Es una muestra del gran temor que tiene el régimen porque saben que sus días están contados y como no han logrado doblegar al pueblo de Nicaragua están incrementando su campaña de intimidación y amenazas”, refirió Granera.
Estos días ha circulado un video en redes sociales donde un grupo de hombres armados y encapuchados se identifican como miembros del “Frente Norte Carlos Fonseca Amador”, brindan su total respaldo al mandatario y suben el tono de amenazas respecto a lo que ya ha dicho Ortega, su hijo y funcionarios de gobierno sandinista. “Estamos alertas ante cualquier acción golpista para aniquilarlos totalmente (a opositores). Si levantan la mano, se las bajaremos”, advirtieron.
Nicaragua atraviesa una crisis política desde abril de 2018, cuando las protestas opositoras por una reforma a la seguridad social fueron reprimidas violentamente dejando un saldo de 328 muertos, según reportes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, CIDH, y ha dejado un éxodo de 70 mil personas, según constató la Oficina de Derechos Humanos de Naciones Unidas.