Conversé esta semana con un colega periodista de otro medio pequeño, cuyo trabajo sigo recomendando (Doble Check) y coincidimos en que a veces, la carrera por combatir la desinformación, puede ser frustrante. No es ciencia china, el algoritmo de Facebook responde a los impulsos negativos porque son los que generan ruido, bulla, tracción, alcance, “engagement”.
Así, evidentemente, invitar a una discusión a fondo, profunda, que nos permita abordar los temas del momento con claridad y cabeza fría, resulta una proeza. Esfuerzos como el de DC se pierden en ese vórtice de enojo que se dispara con tanta facilidad. Basta ver esta semana cómo escalaron en redes sociales las discusiones por el tuit de la hija de la vicepresidenta y la carroza de la UACA en el Festival de la Luz.
Usted, que lee este editorial, forma parte de un grupo de personas que, nos gustaría pensar, está interesada en una conversación diferente. Más que diferente, necesaria. Estamos contentos con el nivel que han alcanzado l...