Es que se revientan.
Me lo dijo mi amigo Adrián, hace un par de días, aludiendo a esos espacios “seguros” que creamos en nuestra cabeza cuando entramos en negación. Cuando no queremos ver lo que podría estar incluso frente a nosotros. Me quedé con esa idea en la cabeza y recordé también el stand up Equanimity de Dave Chappelle (en Netflix). Alude, rescatando una parábola budhista, precisamente al fenómeno de tener el elefante tan cerca que no se lo puede ver.
Las burbujas se revientan, sí. Y de pronto el mundo se pone de cabeza. Las elecciones pasadas son un buen ejemplo. Y no voy a hablar de la burbuja inmobiliaria. No por ahora. Por eso a veces, más que permitir que la burbuja crezca hay que ver más allá a tiempo. Salirse. Buscar perspectiva. Alejarse del elefante.
Hace unos días expliqué en Instagram que una de las razones por las cuales me gusta conversar con personas con cuyas ideas no necesariamente comulgo o no comparto plenamente es para darme la oportunidad de escucharlas. De ...