Los acontecimientos vividos en el reciente proceso electoral, con relación al “Cementazo”, las Guías de Educación para la Afectividad y Sexualidad, así como el Matrimonio Igualitario, sumó a la historia costarricense otro capítulo marcado por la polarización de la sociedad, sobre temas relevantes para su desarrollo.
No debe resultar extraño, que este pueblo, tenga comportamientos similares ante eventos similares, como, la polémica entre UBER y Taxis, el Plan Fiscal o la actual huelga, donde una parte de la población, ha generado más clamor por ésta, que por las causas que la generaron.
Parece ser costumbre en la idiosincrasia costarricense, que este tipo de acontecimientos, generen comentarios muy críticos. Esta situación es más visible ahora, que años atrás, donde las tecnologías de la info-comunicación, no se encontraban tan avanzadas y accesibles, por ejemplo, imaginar la participación ciudadana por medios de info-comunicación, ante las manifestaciones del COMBO del ICE en el año 2000, o para el referéndum del TLC, 7 años después, hubiese sido toda una guerra con víctimas a la vista.
Los medios de info-comunicación, hoy en día tienen un gran alcance y pocas limitaciones, niños, adolescentes, adultos y ancianos de Costa Rica o de cualquier parte del mundo, pueden acceder con un “click” a cientos, quizás, miles o millones de opciones de información, los más comunes en este momento, las redes sociales, las cuales son un medio muy eficiente para transmitir cualquier información, situación que atenta contra la credibilidad de la misma.
Si bien la crítica es un elemento fundamental en la sociedad, ya que, a través de esta se pueden gestar cambios trascendentales, es muy importante que se realice de manera responsable, de forma tal, que las críticas se desarrollen al amparo de criterios técnicos, objetivos, con profundidad en el análisis, y sobre todo, con una gran ética, dicho de otra manera, generar crítica responsable.
Desafortunadamente es muy común observar lo contrario, la crítica irresponsable se ha generalizado, peor aún, se ha vuelto habitual; leer comentarios sobre temas relevantes, que denotan emociones, análisis superficial, juicios de valor y subjetividad, por mencionar algunos criterios, genera un populismo que atenta contra los procesos de desarrollo en un país y su sociedad.
Adicionalmente es importante mencionar que la fuente que emite la crítica es un elemento que también afecta positiva o negativamente esta situación, por ejemplo, comentarios u opiniones a base de crítica irresponsable por parte de agentes de cambio, como, estudiantes universitarios, profesionales entre ellos, profesores y periodistas, agremiados, religiosos, empresarios y políticos, que deberían influir de forma positiva en la sociedad, generan un efecto contrario.
Ante esta realidad, es indispensable cuestionar lo que se expresa, la forma en que se expresa y analizar el impacto de los comentarios en la sociedad y su desarrollo, esto sugiere adquirir una conciencia más aguda cuando se expresen comentarios u opiniones sobre hechos de interés nacional, como los vividos recientemente.
Como se podrá comprender, no se trata de eliminar la discusión y la crítica, ni de limitar o coaccionar la libertad de pensamiento y eventual expresión, la discusión es básica en el crecimiento humano, pero debe realizarse de forma adecuada, si bien la libertad de expresión es un derecho fundamental en Costa Rica, este derecho conlleva una gran responsabilidad.
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