Rebaja, que aplicará partir de este 22 de marzo, fue de 50 puntos base.

El Banco Central de Costa Rica anunció esta tarde la decisión de su Junta Directiva de rebajar la Tasa de Política Monetaria (TPM) a 5,25%, lo que representa una reducción de 50 puntos base. Es la segunda rebajan a la TPM aplicada este año.

La Tasa de Política Monetaria es la tasa de interés que cobra el Banco Central en sus préstamos a un día plazo en el Mercado Interbancario de Dinero. Se trata del principal instrumento de política monetaria que tiene el Central en su esquema de metas de inflación, y es el que define el corredor de tasas de crédito y depósitos que tiene la institución.

Una rebaja en la TPM hace que los bancos tengan que pagar menos por recibir recursos del Banco Central, y por ende trasladan esa reducción a las tasas que cobran a los préstamos de sus clientes. De este modo, con una TPM más alta es más caro para las personas adquirir préstamos, desistirán de hacerlo y sus bancos también dejarán de pedirle recursos al Central, limitando la circulación de dinero y por ende la inflación. Los ajustes en la TPM suelen verse reflejados en la Tasa Básica Pasiva unos seis meses después de aplicados.

Desde el Banco Central señalaron que los motivos para realizar esta rebaja incluyen:

En el ámbito externo, la inflación internacional continúa a la baja y en algunas economías este indicador está cercano al objetivo de los bancos centrales, e incluso en varios países ya se encuentra dentro del rango de tolerancia definido para la inflación. Los mensajes de las autoridades monetarias han sido de prudencia: la mayoría de las economías avanzadas mantiene su tasa de interés de referencia, en tanto que algunas economías emergentes latinoamericanas han pausado el proceso de reducción de esas tasas.

En este contexto de tasas de interés aún elevadas, el crecimiento económico de los principales socios comerciales de Costa Rica, en general, se ha desacelerado, pero en menor magnitud a lo previsto por sus autoridades; los indicadores de actividad económica de corto plazo dan señales positivas para esos países.

En la coyuntura nacional, la tasa de crecimiento interanual del Índice Mensual de Actividad Económica de enero pasado se ubicó en 3,7%, valor que supera el crecimiento de los principales socios comerciales de Costa Rica; esta información muestra una moderación que, si bien fue prevista, resultó mayor a lo esperado.

Además, la Encuesta Continua de Empleo de enero evidencia un leve incremento en la tasa de desempleo (7,9%); sin embargo, aseguraron que desde finales del 2023 tanto la ocupación como la tasa de participación laboral han aumentado, la tasa de subempleo ha caído y el empleo formal aumenta, signos que sugieren mejoras en el mercado laboral.

Sobre la inflación, el Central señaló que los datos a febrero último reflejaron una deflación interanual, la cual es observada desde junio del 2023, y destacaron que:

La deflación interanual en los últimos nueve meses ha estado determinada por los precios de los bienes, en especial alimentos y combustibles, con tasas de variación interanuales negativas. Lo anterior es consecuente con la disipación de choques de oferta externos, manifiesta en la reducción en los precios internacionales de los hidrocarburos y de los granos básicos, junto con elementos de índole interno como el efecto de la política monetaria restrictiva y la apreciación de la moneda local”.

El Central reconoció que la deflación ha sido “más persistente de lo previsto en las reuniones previas de política monetaria; sin embargo, el Banco Central estima que el retorno a valores positivos para la inflación será partir del segundo semestre del 2024, y que el ingreso al rango de tolerancia se daría a inicios del 2025”.

Ante esto la Junta Directiva del BCCR consideró que la información disponible, observada y prospectiva, señala que “hay espacio para reducir la TPM; esta valoración considera los riesgos identificados, externos y locales, que muestran un sesgo a la baja, en contraste con la información considerada en las reuniones de política monetaria anteriores, toda vez que algunos de esos riesgos no se han materializado o bien han ocurrido con menor intensidad”.

De los riesgos a la baja, el BCCR señaló:

  • Un desempeño económico de los principales socios comerciales del país inferior al previsto, ante los efectos de una política monetaria que ha sido restrictiva por un tiempo más extenso.
  • A nivel interno, un traspaso menor y más lento en las tasas activas del sistema financiero de lo observado históricamente.

De los riesgos al alza destacó:

  • Los choques de oferta y fragmentación del comercio global, debido a los fenómenos climatológicos y conflictos geopolíticos.
  • La recomposición en el portafolio de instrumentos financieros que, si bien recientemente se ha traducido en un aumento en la preferencia por instrumentos de ahorro en moneda extranjera, no se ha manifestado en incrementos abruptos en las expectativas cambiarias y, consecuentemente, en las de inflación.