Ser una mujer en un mundo de hombres no es sencillo.  No me gusta “hacerme la víctima”, por lo cual no suelo hablar mucho al respecto, pero hoy me siento obligada a compartir mis opiniones ante el informe de la Comisión de la Asamblea Legislativa sobre el uso de datos para fines estadísticos por parte del BCCR, al cual encuentro carente de fundamentos éticos, legales y técnicos.

Durante mis casi 30 años de carrera en el sistema financiero me ha costado mucho hacerme un lugar en un mundo dominado por varones, y sí, puedo decir que las cosas han mejorado, pero definitivamente la cancha no está nivelada para nosotras y seguimos siendo juzgadas de forma distinta a nuestros compañeros.

En mi vida profesional, siempre he sido una mujer decidida, tengo los objetivos claros, estudio las posibles avenidas para alcanzarlos, analizo los riesgos y trabajo arduamente con los equipos para lograr las metas. Si fuera un hombre probablemente dirían que soy valiente, decidida, competitiva, asertiva, que logro lo que me propongo, en resumen, que soy un líder. Pero como soy una mujer, se me califica entonces como mandona, obcecada y ahora un grupo legislativo me define como temeraria. Este comportamiento se enmarca en lo que la psicología llama el sesgo de doble vínculo y, tristemente, lo que se espera de los líderes está en franca contradicción con lo que se espera de las mujeres.

Señores y señoras: no soy temeraria, soy valiente y voy a decirles por qué. La RAE define a una persona valiente como “aquella que es capaz de acometer una empresa arriesgada a pesar del peligro y el posible temor que suscita”. Ninguna de mis decisiones fue realizada sin fundamento, razón o motivo, ni, mucho menos, sin el debido sustento legal. Tal vez, no tuvieron un diccionario a mano al realizar su informe y confundieron los vocablos.

La decisión de solicitar los datos que el Banco Central requiere para cumplir con el objetivo establecido por su Ley Orgánica, en su artículo 2, de promover un sistema de intermediación financiera estable, eficiente y competitivo, estuvo fundamentada en un criterio jurídico y un criterio técnico que confirman que el Banco tiene la potestad legal así como la necesidad de contar con la información requerida para cumplir con sus funciones. Ambos fueron confirmados por la Procuraduría General de la República en su criterio PGR-C-125-2023 del 3 de julio del 2023, que, por cierto, ha sido absolutamente ignorado en las conclusiones de quienes desarrollan el informe, suscrito por seis de los miembros de la mencionada Comisión.

Por otra parte, la denuncia presentada contra la superintendente a la Fiscalía, que no es otra cosa que una relación de hechos (serán las autoridades judiciales quienes deben definir si existe o no una falta), se basa en un criterio jurídico que ratifica el deber que tienen los funcionarios públicos de denunciar cuando exista un posible incumplimiento de la ley.

El Ministerio Público acogió la denuncia para investigación e, incluso, afirmó en su comunicado de prensa que la Sugef no tiene autorización para recopilar datos sensibles, de acuerdo con un criterio emitido por la Procuraduría, así que el alegato de que los datos no fueron entregados al Banco por esa razón, no es de recibo y, sin embargo, constituye el principal argumento del informe de la comisión.

La sociedad espera que las mujeres seamos complacientes y colaboradoras, al parecer una comisión legislativa quiere lo mismo del Banco Central y de mi persona, pero dichosamente en esto ya tengo experiencia, no es la primera vez que me dicen que eso es lo que se espera de mí. Lo que les puedo asegurar es que seguiré siendo una líder valiente, enfocada en el bienestar de las personas y que estos valores los comparto tanto con la institución en la que laboro como con sus funcionarios. ¡Seguimos adelante!

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