El colofón del Gobierno Chaves no podría ser más vergonzoso: la firma del TLC con Israel, un régimen genocida que ha arrasado la franja de Gaza, matado al menos a setenta mil gazatíes, a los que hay que sumar los que están bajo los escombros, destruido casi toda la infraestructura hospitalaria, escolar y de vivienda, con la confesa intención de expulsar a la población gazatí, cosa que no ha conseguido hasta ahora porque los países de destino a donde los quieren expulsar, Egipto y Jordania entre otros, no los han aceptado. ¿Recuerdan el proyecto nazi que precedió a la "solución final" para desterrar a los judíos europeos en Madagascar? Eso mismo intenta el Gobierno Israelí, alumno aventajado de los nazis. Además ha implantado 700 mil "colonos" en Cisjordania ocupada, que todos los días arremeten contra la población árabe indígena, que ve como sus vehículos y sus campos de olivos son incendiados, en un intento también por expulsarlos de su tierra ancestral.
El ministro de Comercio Exterior resalta el perfil de Israel como economía aventajada en innovación, ciberseguridad, tecnologías limpias, agrotecnología, servicios digitales y semiconductores. Seguro que sí, Israel es un país avanzado, pero cómo puede Costa Rica ignorar el récord de irrespeto a los derechos humanos. Israel es un estado implantado en el territorio de otro pueblo, territorio que fue donado por los colonialistas europeos a los judíos que huían de la persecución nazi y de los pogromos en Europa del Este. Fueron muy generosos los colonialistas europeos al donar un territorio que no era el suyo.
El Gobierno Chaves remitirá el Tratado a la Asamblea Legislativa para su ratificación. Espero que los diputados tengan la decencia de no ratificarlo, salvaguardando así la tradición pacifista y de respeto a los derechos humanos de Costa Rica.
Si mañana Nicaragua invadiera un pantano en la zona fronteriza, como ya lo hizo en 2010, durante la ocupación militar de Isla Portillos, la diplomacia costarricense recurriría de nuevo a las cortes y a los tratados internacionales, para que protejan a un país desarmado. ¿No deberíamos entonces sonrojarnos por haber cohonestado el genocidio de la población gazatí, otorgando legitimidad a un Gobierno genocida para que siga arrasando con la vida en Gaza y Cisjordania, como lo hace aún hoy bajo un supuesto cese al fuego?
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