Los mercados internacionales son altamente regulados, exigentes y guiados por consumidores cada vez más informados. Por esto, ahora la competitividad ya no depende únicamente de la eficiencia o de la calidad, sino de la capacidad de las empresas para demostrar propósito, coherencia y estándares verificables. El licenciamiento de la Marca País esencial COSTA RICA se ha convertido en una herramienta estratégica, diseñada para acompañar a las empresas en la transición hacia modelos de negocio más sostenibles, innovadores y alineados con las demandas globales.

Costa Rica no es ajena a los cambios estructurales que transforman el comercio internacional: la entrada en vigor del Pacto Verde Europeo, las crecientes regulaciones en las cadenas de valor, y las exigencias de trazabilidad que adoptan los principales compradores del mundo, son solo algunos ejemplos de cómo la sostenibilidad dejó de ser un valor agregado para convertirse en un requisito de competitividad. En este contexto, el licenciamiento de la Marca País no es un ejercicio de imagen: es un mecanismo robusto para demostrar que las empresas costarricenses ya están preparadas para competir bajo esos parámetros.

El licenciamiento de esencial COSTA RICA implica medir, demostrar y mejorar. No se trata de adoptar valores en un papel, sino de acreditar -con evidencia técnica- la excelencia, innovación, sostenibilidad, progreso social y vinculación con el país, los cinco valores fundamentales que definen a la Marca. En otras palabras: la licencia no solo distingue, sino que exige. Exige procesos auditables, indicadores verificables y resultados consistentes con estándares internacionales.

Esta visión la confirma el protocolo de licenciamiento renovado. En este 2025 se digitalizó pensando en la experiencia del usuario y se renovó pasando de 104 a 75 indicadores, fortalece la cultura de mejora continua al enfocarse en aquello que realmente mueve la aguja de la competitividad: uso eficiente de recursos, gestión del carbono, circularidad, innovación en procesos, formalización y condiciones laborales seguras y equitativas. Estos pilares no solo están alineados con la Estrategia 2035 de la Marca País, sino también con los marcos regulatorios y de sostenibilidad que hoy rigen los mercados globales.

La robustez del sistema se evidencia también en su alineación con más de 40 certificaciones internacionales, entre ellas ISO, GLOBALG.A.P., FSC, Rainforest Alliance, Fairtrade y FSSC 22000. Esto posiciona al licenciamiento como una validación técnica y de cultura empresarial, capaz de respaldar la credibilidad de las compañías costarricenses frente a compradores, inversionistas, turistas y socios estratégicos. En la práctica, un producto esencial COSTA RICA es un producto de confianza, ya que garantiza que detrás hay una empresa cuyo compromiso con la calidad y la sostenibilidad está respaldado con evidencia.

Por otra parte, el licenciamiento genera valor colectivo: eleva los estándares empresariales promedio, impulsa la formalización, dinamiza la innovación y fortalece la reputación del país en sectores estratégicos. Es un efecto dominó, en el que empresas con mejores prácticas generan productos más competitivos, que a su vez abren más puertas en mercados sofisticados; eso atrae más inversión, impulsa nuevas oportunidades y refuerza la Marca Costa Rica en el exterior.

Pero quizá el mayor valor del licenciamiento es la confianza de unirse a una comunidad de más de 780 empresas que impulsa la competitividad del país, la credibilidad y una cultura organizacional orientada a la excelencia. Ser parte de esencial COSTA RICA significa comprender que la diferenciación hoy se basa tanto en lo que producimos como en la forma en que lo producimos y lo comunicamos.

En un mundo donde la sostenibilidad está pasando de ser voluntaria a ser obligatoria, el licenciamiento de la Marca País es, más que nunca, una ventaja competitiva anticipada. Es una señal clara para los mercados internacionales de que Costa Rica no solo participa en las nuevas reglas del juego, sino que las adopta con liderazgo.

Por eso, licenciarse no es un logro final: es un punto de partida. Es la decisión estratégica de alinearse con las tendencias globales, fortalecer la gestión, elevar los estándares y proyectarse al mundo con un sello que representa lo mejor de Costa Rica.

Ser esencial COSTA RICA no es únicamente portar una marca; es asumir un compromiso con el país, con los mercados y con el futuro. Es competir con propósito, con evidencia y con identidad. Y en un entorno global tan desafiante, esa es la diferencia que verdaderamente nos permite sobresalir.

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