En días pasados escuchamos las desafortunadas declaraciones en la prensa de la diputada oficialista Pilar Cisneros Gallo, quien sugirió a los arroceros, que están sufriendo enormes dificultades con la mal llamada “Ruta del Arroz”, que se cambien a cultivar cannabis.
La recomendación de la diputada oficialista a los arroceros de un cambio de cultivo, tal como muchos productores cambiaron sus sembradíos de trigo en las laderas del Irazú, a productos hortícolas refleja un profundo matiz populista de alguien que sin respaldo técnico opina sobre temas del agro.
Conviene recordar a la señora diputada que si bien es cierto el trigo fue un cultivo que trajeron los españoles desde el inicio de la colonización para mantener sus hábitos culinarios, este nunca tuvo un auge importante, como si lo fue el cacao y el café.
Las razones son de carácter técnico, el trigo es un cultivo que se produce en países de climas templados y es uno de los tres cereales más importantes del mundo junto con el arroz y el maíz. La planta de trigo necesita exponerse a temperaturas frías de 0-7oC durante un periodo de 400 a 1500 horas dependiendo de la variedad, para completar el proceso fisiológico de la invernación que permite activar los genes que controlan la floración. Por esta razón, las grandes producciones de trigo se encuentran en lugares como Estados Unidos, Canadá, Rusia, Ucrania y en algunas zonas sub-tropicales de Suramérica, en donde además existen grandes planicies con suelos fértiles, que les permiten producir a un bajo costo con un alto grado de mecanización y productividad.
Las dos razones técnicas indicadas anteriormente explican porque los productores costarricenses, que conocen lo que hacen; han entendido el riesgo que representa invertir en un cultivo ecológicamente no apropiado para el país.
En cuanto al Cannabis, que es la solución técnica de doña Pilar para que los arroceros salgan de apuros y de la ruina en que los ha enfrascado decisiones políticas; asumimos que la señora diputada se refiere al Cannabis para uso medicinal y terapéutico y no el que se ha cultivado ilegalmente por muchos años en el país, para uso recreativo.
En Costa Rica existe una ley de reciente creación la (Ley 10.113) denominada “Ley del Cannabis para uso terapéutico y del Cáñamo para uso industrial” mediante la cual se estableció el marco legal para autorizar el cultivo de Cannabis en nuestro país. Conviene recordar que ambos cultivos requieren licencias que otorga el MAG, que permiten procesos de producción, industrialización y comercialización.
Tanto el Cáñamo como la Marihuana son sub especies del género sativa y fundamentalmente se diferencian por el contenido de THC (ingrediente psicoactivo).
El Cannabis al igual que el trigo es una planta de clima templado cuyo centro de origen está en Asia Central, Mongolia, Siberia y el norte de China, el cual luego pasó a la India y a Europa llegando a América del Norte en el siglo XVI.
Históricamente el Cannabis no se ha cultivado en el trópico por razones climáticas, ya que en estas latitudes la duración del día es de 12 horas luz y 12 horas de oscuridad. El Cannabis es una planta sensitiva al fotoperiodo; esto significa que necesita más de 12 horas de luz en el desarrollo de su proceso vegetativo (aprox 15-18 horas) y días cortos para la floración (12 horas). En cultivos a cielo abierto en nuestro medio la planta florece muy temprano, por lo tanto, produce poco tejido vegetativo y pocos capullos florales. También las temperaturas nocturnas altas y la alta humedad relativa favorecen el desarrollo de plagas y enfermedades que conllevan que el Cannabis para que sea económicamente rentable deba cultivarse preferiblemente en invernaderos climatizados y en forma orgánica, lo que evidentemente implica un alto costo de inversión.
Dado que el Cannabis estuvo prohibido en nuestro país hasta el año 2022 no hay investigación para la prueba y evaluación de variedades aptas para el trópico; la poca investigación que adelantó el INTA en la estación Enrique Jimenez Nuñez está inconclusa, por lo que el MAG no cuenta con un paquete técnico para ofrecerlo a los agricultores que deseen incursionar en este cultivo, tampoco existen programas de financiamiento bancario apropiados para este tipo de inversión.
Es por lo anterior, que desde la Cámara Nacional de Agricultura y Agroindustria (CNAA) lamentamos las desafortunadas y desinformadas aseveraciones de la diputada Cisneros otrora periodista de alto perfil profesional y rigor investigativo. Pareciera que la picó el mismo bicho que anda suelto en muchos países y que transmite el “Mal del Populismo”.
Quisiéramos reiterar una vez mas que en la CNAA siempre estamos dispuestos a colaborar con los señores diputados, así como con los ministros del gabinete y sus equipos de trabajo, para aportar los componentes de ciencia y técnica que requieren las leyes para la construcción de una política pública realista y coherente con la participación de los actores esenciales del agro: los agricultores.
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