País expuso el modelo nacional de gobernanza indígena para la administración, monitoreo y rendición de cuentas de los beneficios climáticos.

En la antesala de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP30), que se celebrará en Brasil, Costa Rica fue reconocido por su papel en la inclusión, dentro del Acuerdo Global de Biodiversidad Kunming-Montreal, de la importancia de los territorios indígenas en la conservación de los bosques como elemento esencial para cumplir la meta 30x30, que busca proteger el 30% de la naturaleza mundial para el año 2030.

Durante el encuentro de la Plataforma de Comunidades Locales y Pueblos Indígenas (LCIPP) y el Órgano Facilitador del Trabajo (FWG) de la ONU, realizado esta semana en Belém, Brasil, la delegación costarricense expuso el modelo nacional de gobernanza indígena para la administración, monitoreo y rendición de cuentas de los beneficios climáticos.

Se trata de una estructura definida por los propios pueblos y orientada a fortalecer la transparencia y la sostenibilidad, según indicó el Ministerio de Ambiente y Energía (Minae).

La participación del país en el foro internacional resalta su compromiso histórico con los derechos de los pueblos indígenas y las comunidades locales, así como su papel en la integración de saberes tradicionales en la lucha contra el cambio climático. Este tema también será reiterado por la delegación nacional durante el Segmento de Alto Nivel de la COP30, los días 6 y 7 de noviembre.

Paralelamente, en Costa Rica, representantes de los pueblos Bribri, Cabécar, Huetar, Maleku, Ngäbe, Boruca, Térraba y Chorotega participaron esta semana en un encuentro nacional dedicado a la protección del bosque y el desarrollo territorial.

Durante dos días, los líderes compartieron experiencias sobre conocimientos ancestrales, agricultura tradicional y planificación mediante los Planes Ambientales, Forestales y Territoriales (PAFT); herramientas elaboradas por los propios territorios para definir prioridades y acceder a fondos de financiamiento climático.

Los PAFT son un requisito para recibir los recursos del mecanismo REDD+, que reconoce las reducciones de emisiones derivadas de la protección de los bosques.

Estos planes incluyen estrategias de inversión y distribución de beneficios, y han sido impulsados con el apoyo del Minae y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), a través del proyecto REDD+ Pagos Basados en Resultados. Hasta la fecha, 22 territorios indígenas concluyeron la formulación de sus planes y se encuentran en proceso de implementación.

Las comunidades han priorizado proyectos liderados por mujeres, juventudes y personas adultas mayores, así como iniciativas vinculadas a la educación ambiental, la gestión forestal y el fortalecimiento cultural, detalló el Minae.

Los mapeos participativos realizados en el marco de los PAFT permitirán mostrar, en una feria de resultados organizada esta semana, la contribución indígena a la conservación de los bosques y la adaptación al cambio climático.

La delegación costarricense en Belém incluye dos representantes de pueblos indígenas, quienes compartirán en la COP30 sus experiencias sobre la implementación de los PAFT y sus aportes a la acción climática.