Siete proyectos costarricenses lograron destacar, reflejando la creatividad y el impacto del diseño nacional en distintas disciplinas.

La Bienal Iberoamericana de Diseño (BID), organizada por la Fundación Diseño Madrid, se ha consolidado como un referente del diseño contemporáneo en Latinoamérica, España y Portugal. En su novena edición, celebrada recientemente en la Central de Diseño de Matadero Madrid, un selecto grupo de cien propuestas fueron elegidas para la exposición oficial del evento. Entre ellas, siete proyectos costarricenses lograron destacar, reflejando la creatividad y el impacto del diseño nacional en distintas disciplinas.


Costa Rica en la BID: creatividad y compromiso

El diseño costarricense se hizo presente en varias categorías, desde diseño gráfico hasta mobiliario sostenible y transformación de espacios urbanos. Entre los proyectos seleccionados se encuentra Black Sheep, de Robert Barros Buchanan, un asiento auxiliar que fusiona estética y sostenibilidad.

"De los cien diseños seleccionados, solo 49 fueron catalogados como de interés cultural, y el mío fue uno de ellos", nos comentó con entusiasmo Barros, quien participó por segunda vez en la bienal.

Sobre su diseño, comentó el propio Barros a la Bienal: “En nuestra nueva línea de mobiliario, este asiento sigue muchos de nuestros parámetros que como empresa sostenible mantenemos como los pilares de nuestro estudio. Más allá del valor estético y de la investigación de materiales pertinente a cada textura y material, el estudio apuesta por un compromiso ambiental total, tratando de utilizar materiales amigables con el ambiente en los acabados y aprovechando al 100% cada una de las láminas de madera o de material que se utilizan. Yo fui visto como una oveja negra y hoy, gracias al diseño ya no es así”.

Otros proyectos destacados incluyen el libro Pueblos Indígenas de Costa Rica, una publicación de los Museos del Banco Central de Costa Rica que resalta la diversidad y la lucha por los derechos de los pueblos originarios. En la línea de sostenibilidad, Gotika Design (Gian Carlo Sandoval Mazzero) presentó la colección Silicon ►Tico 2024, que convierte residuos electrónicos en joyería de diseño contemporáneo.

En el campo del diseño industrial, Maria Laura Méndez Martén participó con Nido, una casa para aves que reutiliza jícaras desechadas y plástico reciclado, promoviendo la conservación de especies en entornos urbanos. Por su parte, el Taller Extramuros, de la Universidad LCI Veritas, fue reconocido por su enfoque innovador en la transformación de espacios públicos mediante la colaboración estudiantil y comunitaria.

El informe Estado de la Educación 2023, de Erick Valdelomar y el equipo de Insignia | ng, también formó parte de la exhibición, destacándose por su propuesta de comunicación visual que visibiliza la crisis educativa costarricense.

Finalmente, la Silla Movita, de Carlos F. Santana, fusiona materiales tradicionales con tecnologías modernas, explorando nuevas formas en el diseño de mobiliario.


Un espacio para el intercambio y la proyección internacional

La BID no solo celebra la excelencia en el diseño, sino que también sirve como un espacio de reflexión e intercambio de ideas, conectando a profesionales con la academia y el sector empresarial. La participación costarricense en esta edición reafirma el potencial del diseño nacional y su capacidad de innovar con un fuerte compromiso social, ambiental y cultural.

A pesar de que el evento principal concluyó en enero pasado, el reconocimiento de estos proyectos en un foro internacional sigue siendo una noticia relevante. No solo valida el talento local, sino que también abre puertas para futuras colaboraciones y oportunidades en la escena global del diseño.

Para conocer más sobre la Bienal Iberoamericana de Diseño, puede visitar su sitio web en www.bid-dimad.org.