La pieza del director Andrés Porras Alfaro retrata el viaje del agua desde el Poás hasta el río San Juan, en un homenaje musical a la geografía y la historia del país.
La Banda de Conciertos de Heredia estrenó la obra musical "Siripiquí", compuesta por su director, Andrés Porras Alfaro. La pieza, cuyo nombre se refiere al antiguo nombre indígena del río que nace en las faldas del Volcán Poás, narra a través de la música el recorrido del agua desde su naciente hasta su desembocadura en el río San Juan, un trayecto que conecta la naturaleza con los episodios históricos de Costa Rica, como la resistencia ante los filibusteros en el siglo XIX.
La obra fue interpretada en la Iglesia Inmaculada Concepción de Heredia, y ha sido descrita como una composición musical y documental, en la que convergen elementos históricos y culturales que evocan la belleza, la fuerza y el coraje del país. La pieza destaca por su capacidad para capturar la esencia de los ríos y la memoria de la comunidad indígena que originalmente habitaba la región.
Gracias al Facebook de la Dirección de Bandas de Costa Rica tenemos registro audiovisual del debut de la pieza. Tomen nota, la narración es un elemento clave de la pieza. En esta presentación estuvo a cargo de Mario Gamboa, subdirector de la Banda de Conciertos de Heredia.
Andrés Porras Alfaro, quien ha trabajado como director de ensambles en el Instituto Nacional de la Música desde 2008 y ha colaborado como director invitado con la Banda de Conciertos de Heredia, ha consolidado su trayectoria en la dirección de orquestas y bandas, habiendo participado en múltiples conciertos con la Orquesta Sinfónica Nacional de Costa Rica bajo la dirección de Carl St. Clair. "Siripiquí" es una muestra más del talento y la dedicación de Porras para narrar la historia de Costa Rica a través de la música, aportando a los 179 años de legado de la Dirección de Bandas de Costa Rica.
La pieza destaca por su riqueza emotiva y su capacidad para conectar al público con las raíces y la historia natural del país. Este estreno no solo celebra la creatividad de los compositores costarricenses, sino que también refuerza el papel de la música como un vehículo para preservar y narrar la historia de Costa Rica.