Cambio climático provoca calentamiento de la superficie marina y esto amenaza a la conservación de estas especies.
Una investigación realizada en el Parque Nacional Isla del Coco reveló que los tiburones y las rayas se están moviendo a zonas más profundas del océano que las que solían habitar para alejarse del calentamiento de las aguas superficiales debido al cambio climático.
La información fue compartida por la Universidad de Costa Rica desde donde indicaron que durante 9 años, del 2010 al 2019, científicos del Centro de Investigación en Ciencias del Mar y Limnología (Cimar) han monitoreado la presencia y el comportamiento de los tiburones y rayas en las aguas profundas del Parque Nacional.
Las observaciones se realizaron con ayuda de la empresa turística Compañía Undersea Hunter Group, que facilitó a parte del equipo investigador del Cimar realizar inmersiones de hasta 400 metros de profundidad a bordo del submarino DeepSee.
Además, el personal que opera el submarino fue capacitado por el Cimar para llevar una bitácora de avistamientos de las especies marinas que encontraban. La exploración de las profundides permitió recopilar una gran cantidad de datos e información, la cual fue analizada por el equipo científico del Cimar liderado por el docente e investigador, Mario Espinoza Mendiola.
Factores podrían facilitar la sobreexplotación de las especies
El estudio reveló que, debido al calentamiento global, ha aumentado la temperatura de la superficie del océano, lo que ha obligado a las rayas y tiburones a migrar a aguas más profundas. Para estos animales existe un límite hasta donde estas especies pueden sumergirse debido a que a mayor profundidad hay menos oxígeno, y ellos requieren de cierta cantidad de oxígeno para sobrevivir, compartió Espinoza.
El calentamiento global también ocasiona que disminuya el oxígeno en los océanos, lo cual hace cada vez más estrecha la franja de agua donde las rayas y los tiburones pueden vivir, ya que está situada entre lo que se conoce como capa mínima de oxígeno y las aguas superficiales calentadas por el cambio climático.
En este sentido, la científica y coautora del estudio, Tayler M. Clarke, alertó que los resultados tienen graves repercusiones para la conservación de estas especies.
Al ocupar un espacio más reducido de la columna de agua se facilita su captura y, sin una gestión adecuada de las pesquerías, aumenta su vulnerabilidad a la sobreexplotación”.
En un comunicado a la prensa desde la UCR indicaron que, para evitar la sobrepesca, se podrían tomar medidas como la ampliación de áreas marinas protegidas existentes, o bien la creación de nuevas áreas protegidas.
Otra posibilidad es implementar medidas de manejo que impongan mayores límites y ejerzan un mayor control sobre la pesquería, delimitando las áreas, épocas y profundidades donde se puede pescar, así como las técnicas de captura que se utilizan.
Espinoza alertó que es muy probable que este mismo fenómeno se esté dando en otras áreas del océano Pacífico afectando a otras especies marinas.
Nos está indicando (el estudio) que esta situación podría pasar en otras zonas del Pacífico y del mundo, lo cual es muy preocupante porque es una evidencia de que no solo las poblaciones de tiburones y rayas se ven afectadas por la pesca, sino que también el cambio climático podría aumentar su vulnerabilidad”.
Unas especies aumentaron y otras disminuyeron
En cuanto a la cantidad de ejemplares de algunas especies en el sitio, Espinoza explicó que el estudio encontró una disminución en la presencia del tiburón sedoso (Carcharhinus falciformis) entre el 2010 y 2019. Esta es una de las especies más importantes en desembarques pesqueros de Costa Rica.
Otras especies como la raya marmolada (Taeniurops meyeni), el tiburón martillo (Sphyrna lewini), el tiburón Galápagos (Carcharhinus galapagensis), el tiburón punta blanca de arrecife (Triaenodon obesus) y el tiburón tigre (Galeocerdo cuvier) mostraron un aumento en el mismo periodo.
El biólogo y uno de los investigadores, Fabio Quesada Pérez, destacó que este es un estudio único, ya que pocas veces se cuenta con series de tiempo tan extensas y, además, en aguas profundas.
La mayoría de los estudios que han evaluado el estado de las poblaciones de tiburones y rayas en el mundo son relativamente cortos o que se han enfocado en ambientes costeros y poco profundos (menos de 40 m), con lo cual estaríamos perdiendo información valiosa de lo que pasa en regiones más profundas”.
Espinoza detalló que se lograron registrar 17 especies de tiburones y rayas, de las cuales 15 especies fueron observadas entre los 50 y 100 m de profundidad, y 11 especies en inmersiones más profundas entre los 300 y 400 m.
Los resultados de este estudio, publicado en la revista internacional Scientific Reports de Nature, “destacan la necesidad de realizar monitoreos en zonas más profundas del océano integrando información biológica de las especies y de variables ambientales. Esto permitirá comprender mejor el estado de las poblaciones de especies amenazadas y cómo estas se podrían adaptar al cambio climático”, concluyó Espinoza.