Expertas señalaron que no se toman en cuenta realmente los beneficios de la lactancia materna.

En medio de la discusión del proyecto de ley 21.182, conocido como jornadas 4x3, expertas señalaron posibles afectaciones en la lactancia materna en caso de aprobarse la iniciativa.

Ingrid Broitman Trooper de Lactanza Costa Rica; Virginia Marín Arias e Ivannia Solano Jiménez, ambas de la Defensoría de los Habitantes y Sonia Chaves Quirós de Aprolama Costa Rica, señalaron que a pesar de los beneficios de la lactancia ya comprobados por la ciencia, pareciera que al mundo empresarial se le olvida y surgen cambios que podrían vulnerar este derecho.

Las palabras fueron dadas durante la VII Jornada de Promoción de la Lactancia Materna, desarrollada por el Instituto de Investigaciones en Salud (Inisa) de la Universidad de Costa Rica (UCR).

Según Marín Arias las modalidades de jornadas, que son una diurna de hasta 12 horas con tres días libres y otra nocturna de hasta doce horas con cuatro días libres, ponen en riesgo las protecciones que por tanto tiempo el país ha luchado a favor de la lactancia materna, las madres y la niñez costarricenses.

Dato D+: En Costa Rica sólo el 27.5% de los bebés llega a los seis meses de vida siendo alimentado de manera exclusiva con leche materna según la Encuesta de Mujeres, Niñez y Adolescencia (EMNA) realizada en 2018 por el Instituto Nacional de Estadística y Censos y el Ministerio de Salud.

Explicó que si bien puede verse como proteccionista que el proyecto de ley prohíba las jornadas excepcionales para las mujeres trabajadoras en periodo de lactancia o en embarazo, cree que se podría considerar como una medida discriminatoria que, eventualmente, podría vulnerar la lactancia materna.

Cuestionó que se dice que las jornadas excepcionales son voluntarias, pero, "¿hasta qué tanto pueden ser voluntarias? ¿Hasta qué tanto las mujeres, que no se les permite trabajar jornadas excepcionales y que están bajo el periodo de lactancia, podrían verse obligadas a tomar la jornada excepcional y renunciar a su derecho de lactancia?"

Esto es un riesgo. Si se les excluye, esto no significa que la lactancia materna no vaya a tener consecuencias. Claro que sí, puede ser que las mujeres decidan no dar más de lactancia para someterse a jornadas excepcionales y renunciar a su derecho.

La experta amplió que el proyecto de ley propone pagar un porcentaje adicional a la hora mínima que se establezca. Para ella, esto constituye un verdadero peligro para los derechos de las mujeres trabajadoras en periodo de lactancia o embarazo. Muchas, con el fin de conseguir ese dinero adicional por sus condiciones de vida, pueden verse tentadas a acogerse a jornadas excepcionales ampliadas y renunciar a sus derechos, consideró. 

Otro de los puntos débiles señalados por la especialista es el periodo de adaptación. El proyecto de ley plantea que la persona trabajadora tendrá tres meses para adaptarse a la nueva jornada y, si no lo logra, deberá ser reinstalada en su jornada ordinaria. No obstante, si del todo se comprueba imposibilidad, la persona podría ser liquidada.

Mirada Biológica

Broitman Trooper, de Lactanza Costa Rica, reflexionó que las jornadas extendidas generan periodos importantes de separación entre la madre y el bebé que pueden afectar la salud física y hasta mental del lactante. Además, incide en una menor producción de leche activa y abundante.

El ser humano es un mamífero placentario de la familia de los homínidos. Nos comparamos con los simios, chimpancés y orangutanes. Nosotros estamos hechos y diseñados para que las crías se alimenten con leche materna por varios años. Esto no solo favorece la salud, sino que también el vínculo afectivo. Lo que queremos son sociedades más saludables, amorosas y con mejores seres humanos y parte de ese proceso inicia en ese momento”.

La especialista dijo que los mamíferos amamantan a sus crías entre dos y doce veces, y que los humanos no están en las excepciones de esta norma. "Si fuéramos “canguras rojas” tal vez ahí sí nos funcionaría la jornada extendida, pero no lo somos”. 

A esa retadora realidad, agregó que se le acompañan otros elementos característicos de la especie, como el tener bebés altamente vulnerables que requieren largo tiempo de cuidado para garantizar su desarrollo físico y cerebral, así como glándulas mamarias incapaces de almacenar leche.

Explicó que la glándula de la mujer está hecha para producir la leche en el momento del estímulo al pecho y su óptimo funcionamiento radica de un vaciamiento frecuente. Si un bebé no mama frecuentemente, la producción será sensible a esos cambios y la producción irá desapareciendo, añadió.

Ya hoy en día, con la jornada normal, es sumamente difícil mantener la lactancia. En las estadísticas se ve claramente cómo decae la lactancia materna exclusiva en la madre que se reincorpora al trabajo. Si la mujer está mucho tiempo afuera y decide acogerse a la ley, ¿cómo será si tiene que ir doce horas? La producción es sumamente sensible y puede perderse muy rápido”.

Broitman Trooper aseguró que, aunque existen alternativas, ninguna ha logrado igualar a la biología humana. En el caso de la succión de un extractor, por ejemplo, "jamás será igual que la cascada hormonal que produce esa mujer cuando tiene a su bebé en el pecho", mientras que la leche de fórmula "nunca podrá asemejar en su totalidad el oro líquido de la leche materna original". 

Deudas y cuestionamientos

Para Solano Jiménez la reforma más desafiante del proyecto son las jornadas excepcionales y cómo se utilizarán los tiempos, pues marca una visión distinta a la que tiene Costa Rica actualmente.

Amplió que es necesario el uso del tiempo para que la persona tenga un balance entre lo privado y el trabajo. Señaló que la ley ampara la jornada de ocho horas, porque permiten un balance sano en la vida de la persona: ocho horas de trabajo, ocho de descanso y ocho de disfrute.

Adicionalmente, aludió que, en un criterio solicitado por la Asamblea Legislativa a la Defensoría, detallaron que antes de meterse a las jornadas deben que revisar cuáles son las condiciones que van garantizar los componentes del trabajo decente, incluyendo la posibilidad de tener un balance entre las responsabilidades familiares, el trabajo doméstico no remunerado y su vida laboral.

Recordó que, según la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo (ENUT) 2022, la cual revela que incluso, en la división de tiempo convencional de ocho horas, las mujeres son las que dedican más tiempo al trabajo doméstico no remunerado (32 horas) versus los hombres (15 horas), semanalmente.

Esto puede exacerbar las prácticas laborales discriminatorias contra las mujeres, sobre todo, en edad fértil de procrear. En caso de embarazo o lactancia a ellas no se les puede incluir en la jornada excepcional. Entonces, su contratación no contribuye al objetivo de la empresa”.

Chaves Quirós, de Aprolama Costa Rica, dejó claro que todavía hay mucho por hacer. Resaltó la discriminación, la desigualdad en cuanto a horas de lactancia (las mujeres de la CCSS tienen una hora y media), así como la distribución horaria.

Mientras que, Viviana Guerrero Chacón, docente de Filosofía de Ética Médica y Bioética de la UCR, aportó que las personas encargadas de realizar políticas públicas no han entendido el peso social que tiene la lactancia.

Aquí el tema es que parece que tenemos otro desafío de que nos estamos sacando las cartas entre gitanas. Nosotras lo sabemos, pero ¿lo saben las otras personas que están en la Asamblea Legislativa haciendo esa política pública que le llamamos ley?".

Las especialistas criticaron que en Costa Rica existe una gran diversidad que no ha sido contemplada en las leyes porque, incluso, hasta los pueblos indígenas viven la lactancia de manera diferente. Guerrero consideró:

Las mujeres cabécar o bribri no ven la lactancia de la misma forma y nosotros aquí decimos: las mujeres indígenas, como si todas fueran iguales. No se puede universalizar el sujeto de la lactancia. Esto discrimina a las personas. Además, las políticas no las definen las mujeres lactantes, sino los médicos. Hay un autoritarismo médico, político y de solo algunas voces.