En las últimas semanas han salido a la luz noticias sobre diferentes manifestaciones por parte de la ministra de Educación y yo solo puedo preguntarme ¿Dónde ha estado los últimos años?

Cuando fue anunciada como ministra me pareció acertado su nombramiento por su trayectoria y conocimiento en temas educativos, sin embargo, con el paso de las semanas me queda claro que es una más de las que piensan que, por pasar unos años fuera del país, puede venir a jugar de mesías para arreglar las problemáticas.

Yo creí que tenía la suficiente solvencia moral y técnica para no aplaudir las ocurrencias del presidente de la república en relación con la educación costarricense, desde la eliminación de las pruebas FARO (sin criterio técnico) hasta el acreditarse acciones que no han sido realizadas por su gestión.

Sin embargo, la gota que derramó mi vaso fue su propuesta de recorte presupuestario a las universidades públicas (el mayor de la historia por parte de cualquier Poder Ejecutivo). A la ministra se le olvida el aporte de la educación superior pública a los territorios, a la investigación, a la cultura y sobre todo a la educación de miles de personas a lo largo y ancho del país.

Puede que este mal asesorada, o sea simplemente otra ocurrencia, porque muchas de las peticiones realizadas en la comisión de enlace ya se han venido trabajando desde hace mucho tiempo por parte de las diferentes universidades... basta con ver el tipo de población que entra a la educación superior.

A la ministra se le olvidó —y me gustaría recordarle— que la universidad pública representa más que los límites de los campus universitarios. La universidad pública es el rostro de la primera persona graduada en una familia, es el rostro de las comunidades que son acompañadas con proyectos de extensión, es la mirada de las poblaciones que se ven beneficiadas con la investigación.

Hoy señora ministra, me duele decirlo, le ha quedado grande el puesto. La universidad pública y su financiamiento ha marcado la historia costarricense y hoy nos toca seguir defendiendo ese legado pero sobre todo la permanencia de la universidad pública costarricense.

Este artículo representa el criterio de quien lo firma. Los artículos de opinión publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de este medio. Delfino.CR es un medio independiente, abierto a la opinión de sus lectores. Si desea publicar en Teclado Abierto, consulte nuestra guía para averiguar cómo hacerlo.