Por María José Castro Martínez - Estudiante de la carrera de Relaciones Internacionales
El 2020 fue un año lleno de sorpresas para todos y cada uno de los países del mundo. Si este es un país desarrollado o en vías de desarrollo, igual se ha visto afectado; desde su sistema de salud hasta su sistema económico. Tal es el ejemplo de países europeos como Italia; por supuesto, en esa lista también pueden nombrarse países latinoamericanos. Costa Rica comenzó muy bien mitigando los efectos de la pandemia, sin embargo, el tiempo ha transcurrido y después de 7 meses y medio de esta situación en la que locales comerciales y diversos sectores económicos fueron afectados, además los casos tuvieron un aumento exponencial elevando todos los números, ¿es esto una causa de retroceso para Costa Rica? ¿Es posible que este país saque alguna ventaja y mejore?
En el 2019 el Estado de Nación presentó su informe sobre el desarrollo humano del país, en él expuso el deterioro convergente de los indicadores de desarrollo, así como la preocupación sobre las respuestas del sistema político para los meses siguientes. Así como fue descrito, en el 2019, el futuro ha sido completamente incierto (Vargas, 2019). Los medios de comunicación oficiales, así como agentes del gobierno, han externado preocupación por la crisis económica que se avecina a causa de la pandemia, pero la verdad es que esta situación ha permitido a la población costarricense comprender todas las malas acciones del Gobierno. No, no todo es culpa del gobierno en mando, sino que esta es una situación que se originó, como afirmó Cisneros (everardoherreracom, 2020), desde el gobierno de Oscar Arias (2006), Laura Chinchilla (2010), Luis Guillermo (2014) y Carlos Alvarado (2018). De acuerdo con la periodista, del 2008 al 2020, el gasto público creció un 87%, donde los ingresos en el sector público son el tres veces mayores a los del sector privado. Estos números han afectado gravemente el intento de igualdad en este país, convirtiéndolo en uno de los más desiguales en el mundo (everardoherreracom, 2020).
Ahora bien, la pandemia no ha empeorado nada, Costa Rica iba en mal camino desde antes, es ahora cuando los costarricenses han comenzado a exigirle al gobierno de Alvarado —que durante toda su gestión ha demostrado carencia de liderazgo— que vele por fortalecer la democracia y que respete la voluntad y necesidades del pueblo, así como la comunicación política y la transparencia, ambos aspectos que caracterizarían una democracia. Lamentablemente, desde finales de septiembre del presente año, se ha vivido una situación complicada y totalmente diferente. La democracia en Costa Rica se ha puesto en duda; las manifestaciones que antes eran pacíficas se convirtieron en bloqueos violentos que atentaron hasta contra la Fuerza Pública. Esta problemática es culpa compartida, tanto del Ejecutivo como del pueblo. El primero por su ya mencionada carencia de liderazgo y demás; el segundo por su falta de criterio y visión para las consecuencias de sus actos.
Costa Rica tiene una oportunidad de avanzar si la sabe aprovechar. Es necesario que el Gobierno costarricense escuche a los diversos sectores, abra las puertas a los consejos de las demás personas con experiencia y vele por el bienestar del país, no de unos pocos grupos. Asimismo, es imperativo que todos los costarricenses comprendan el privilegio que es vivir en un país caracterizado por ser pacífico y por poseer una democracia estable, es decir, que todos estos se tomen la política en serio y no como un juego, que todos seamos miembros responsables de la sociedad y actuemos en pro de esta nación.
