Por Denisse Herrera Brenes- Estudiante de la carrera de Licenciatura en Odontología

La actividad física cuenta con un sinfín de beneficios para la salud, dentro de ellos destacan la influencia positiva que trae para la salud mental, mejora la calidad de vida, ayuda a prevenir enfermedades no transmisibles, entre otros (Organización Panamericana de la Salud, 2018). En el organismo debe existir un equilibrio y, a la hora de realizar cualquier tipo de ejercicio, se perderá cierto porcentaje de agua, electrolitos y otros líquidos debido principalmente a la sudoración; si una persona no se hidrata correctamente, pueden ocurrir dos escenarios que se encuentran en polos opuestos: la deshidratación y la sobrehidratación (Ortiz, Carrasco y Hernández, 2019). Si bien es cierto una manera de prevenir dicha situación es el consumo de agua, existen otras alternativas como las bebidas con electrolitos o hidratantes, las cuales tienen como propósito devolverle al organismo las sustancias que ha perdido.

La deshidratación es cuando se pierde una cantidad significativa de agua, esto va a alterar el equilibrio de los electrolitos y el rendimiento de la persona disminuirá. De acuerdo con Sadowska et al., lo que ocurre es que “se disminuye el volumen del plasma sanguíneo y las concentraciones de sodio aumentan (…) si esa deficiencia de agua no se resuelve, el agua sale de las células al espacio extracelular para mantener el equilibrio osmótico” (Cubero, 2018, p. 6). Por otro lado se encuentra la hidratación, que pretende mantener el balance, por ello se recomienda que no solamente se consuman líquidos después de la actividad física, sino antes y durante de ella. La hidratación se lleva a cabo primordialmente con el agua, pero hoy día se cuenta con bebidas, que están dirigidas a deportistas, que promueven la reposición de líquidos y electrolitos (Sánchez, 2017).

Las bebidas con electrolitos son también conocidas como isotónicas, para comprender en qué consisten es necesario describir los electrolitos. Estos son minerales que poseen la capacidad de conducir cargas eléctricas y son encontrados en los líquidos del organismo, destacan el cloro, magnesio, calcio, sodio y potasio. De los dos últimos, en caso de que una persona sude mucho, los niveles de sodio bajarán, provocando una inadecuada retención de agua y un desequilibrio de iones. El potasio regula el agua y activa enzimas (Ortiz, Carrasco y Hernández, 2019). Ahora bien, las bebidas isotónicas no se deben confundir con las energéticas, ya que estas no poseen estimulantes, sino que contienen “hidratos de carbono, electrolitos, minerales y saborizantes” (Sánchez, 2017, p. 7).

Las bebidas hidratantes cuentan con distintos beneficios para las personas que realizan actividad física, dentro de ellos están que la persona posee una mejor recuperación, su rendimiento será mayor y su cansancio no será tan elevado. Asimismo colaboran con el mantenimiento del equilibrio de líquidos ya que le brindan a la persona una rehidratación y a su vez disminuye las posibilidades de llegar a deshidratarse (Cubero, 2018). No obstante, un consumo inadecuado de estas bebidas traerá consigo una serie de consecuencias tales como una disminución de la tiamina; puede provocar hiponatremia, que es un desequilibrio en el cual el nivel de sodio está por debajo de lo que debería; además afecta a los riñones ya que a estos se les dificultará expulsar líquidos (Castellanos, Cárdenas y Carrillo, 2016).

Finalmente se destaca la erosión dental (pérdida del tejido), que sucede porque las bebidas tienen un pH bajo y disminuyen la cantidad de saliva, si se consume constantemente no permite que ocurra la remineralización adecuada de tejidos (Vladimir et al., 2018). La exposición del tema permite determinar que el consumo de bebidas con electrolitos debe ser controlado. Además, no cualquier persona puede hacerlo, es necesario informarse acerca de sus beneficios y de sus consecuencias. Como se observa, estas bebidas ayudan a mantener el equilibrio de líquidos, no permitiendo que una persona se deshidrate; sin embargo, si es consumido en exceso ocasiona daños a nivel renal y también problemas dentales.

 

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