Por Jesús Walberto Mora – Estudiante de la Maestría en Gestión de Proyetos
Cuando una empresa es formada, en muchas de las ocasiones, no comienza con un gran local o grandes instalaciones de oficinas lujosas donde en apariencia hay opulencia resultante del buen lucro de las actividades de dicho negocio. En la mayor parte de las veces, una empresa nace de una idea, de tal vez un “esto podría hacerse de esta manera y venderlo” o “me parece que lo puedo hacer mejor que el otro” o, para ponerlo en un contexto actual, hacer un video de un unboxing, colgarlo en la red y listo, se vuelve viral, funciona y te vuelves empresario.
Si se vuelve al contexto inicial, una megaempresa inicialmente fue una idea, después un emprendimiento, posteriormente una mipyme, luego una pyme y si sobre los tres primeros años puede tener un futuro promisorio y brindar réditos durante muchos años no solo a sus fundadores sino también a socios y por qué no inversionistas del extranjero inclusive. Y es que la finalidad de una empresa es generar riqueza, si un negocio no genera utilidad no existe razón alguna para mantenerlo en operación, a menos que sea una organización de bien social como un orfanato, caridad o similares.
Ahora bien, si vendo chocolates y genero ganancias, no debo “comerme” esas ganancias ya que con estas mi negocio puede seguir comprando chocolates para seguir vendiendo y poco a poco recuperar mi inversión y posteriormente hacer mi negocio rentable, de forma tal que no necesite más inversión, sino que esta se genere una y otra vez por medio de la ganancia o redito.
Suena sencillo, pero realmente este tema puede ser más complicado de lo que parece. Si bien es cierto el ejemplo de los chocolates es muy sencillo, no dista de la realidad de una corporación multimillonaria. Muchos negocios hoy día no trascienden en el tiempo debido a la falta de conocimiento y de un manejo indebido de las finanzas.
Inicialmente se deben conocer los costos reales de un proyecto, ya que si se tiene una idea clara de cuál es el costo, se puede proyectar a corto, mediano y largo plazo y ver de ese modo si el modelo de negocio es sostenible en el tiempo. Obtener, financiar y administrar un proyecto requiere de madurez y conocimiento para incrementar las utilidades y maximizar el uso de los recursos. Si un negocio genera utilidad, esta debe ser controlada y reinvertida y no debe ser utilizada para otros gastos, por ejemplo, gastos de representación o automóviles de lujo.
Hoy día es muy común ver emprendimientos de todo tipo, esto por distintas razones y quizá que la razón principal sea la falta de empleo que ha forzado a las personas a pensar seriamente cómo generar recursos para cubrir sus necesidades básicas. Es interesante ver como cuando se crean emprendimientos, inmediatamente también se crean instructores o coach que enseñan a manejar el dinero de forma correcta en un emprendimiento. Y es acá donde lo que muchos dicen es cierto: “mientras unos lloran, otros venden pañuelos”. Se debe decidir de qué lado se quiere estar, aunque la mayoría llora, muchos están en sus casas haciendo pañuelos y con ello generando riqueza.