Por Nicole P. Ramos Palma - Estudiante de la carrera de Química Industrial

Como ciudadanos costarricenses del siglo XXI, hemos escuchado repetidas veces sobre la meta de carbono neutralidad del 2021. Según informes señalados en la Convención Marco sobre Cambio Climático, las emisiones de CO2 en Costa Rica aumentaron un 46,3% entre 2005 y 2012, y continúan creciendo a través de los años. Parte de este porcentaje se debe al aumento de la demanda y consumo de combustibles fósiles en el país, más específicamente hablando, sobre el sector transporte (culpable de 53,5% de las emisiones GEI del país según IMN y MINAE, 201422. Pero ¿qué se está haciendo o se piensa hacer a nivel país para contrarrestar o disminuir el impacto que están generando los automotores?

Primeramente, se puede mencionar el Plan Nacional de Energías 2015-2030, donde se establece cómo se debe generar una regulación sobre la producción de biocombustibles, gas natural y automóviles impulsados por una fuente alternativa. En efecto, el Programa Nacional de Biocombustibles sí fue actualizado, sin embargo, fue archivado en la Sala Cuarta. Por otro lado, también se establece que para el 2017, se valore la creación de condiciones financieras y fiscales para adquirir unidades de transporte público con tecnologías alternativas. Hasta el momento, solo se conoce de dos autobuses con tecnología híbrida (Diesel-Eléctrico) que funcionan en las rutas San José-Sabana Cementerio-Barrio Pitahaya (Garza, 2019). Se conoce de varios buses y taxis que se mueven con gas LP, y se esperan 3 e-buses donados por el gobierno de Alemania.

Por su parte, el Plan de Descarbonización establece como el eje 1 que para el 2035, el 70% de los buses y taxis serán 0 emisiones y el tren será 100% eléctrico. Así mismo, para el 2035, el 25% de la flota de vehículos ligeros será eléctrica. Complementario a estas mencionadas, también se puede hacer revisión de más de estas acciones y propuestas en documentos como la Ley Orgánica del Ambiente, Plan nacional de Transportes de Costa Rica (aviación), Acuerdo de París, Contribuciones Nacionales (INDC) y Plan de Acción Estratégica Nacional de Cambio Climático; en los cuales prácticamente se mencionan los mismos puntos sobre el despegue del transporte de Costa Rica de los combustibles fósiles, pero no señalan exactamente cómo lo harán.

Ahora, según las acciones que se propone con respecto al cambio en transporte, se presentan pros y contras. Como pro, ya se tiene una ley de incentivos y promoción para el transporte eléctrico, donde los dueños de transporte de este tipo son exonerados de ciertos impuesto. Pero, por su parte, en 2017 los diputados rechazaron las mociones que pretendían exonerar impuestos de los vehículos híbridos no enchufables, de hidrógeno y solares. A esto último, se suma que la producción de biocombustibles no cuenta con respaldo jurídico suficiente para entrar con mayor impacto en la matriz energética.

Y así, revisando todos los proyectos que propone el gobierno para alejar al transporte del petróleo, nosotros mismos podemos marcar como existe una incongruencia entre lo que se quiere y lo que se puede hacer por trabas políticas. Como las acciones que hace el gobierno no son suficientes para cubrir la demanda que requiere el ambiente.

 

MOXIE es el Canal de ULACIT (www.ulacit.ac.cr), producido por y para los estudiantes universitarios, en alianza con el medio periodístico independiente Delfino.cr, con el propósito de brindarles un espacio para generar y difundir sus ideas.  Se llama Moxie - que en inglés urbano significa tener la capacidad de enfrentar las dificultades con inteligencia, audacia y valentía - en honor a nuestros alumnos, cuyo “moxie” los caracteriza.

Referencias bibliográficas:
  • Garza, J. (2019). Buses de ruta Sabana Cementerio serán híbridos. https://www.larepublica.net/noticia/buses-de-ruta-sabana-cementerio-seran-hibridos