Por Jimena Campos Paniagua – Estudiante de la Escuela de Estudios Generales
Hoy en día para las empresas tanto nacionales como internacionales es esencial contar con empleados que puedan adaptarse a los cambios sin ningún tipo de problema o dificultad, ya que en las empresas es necesario el cambio en los departamentos, posiciones, procesos, políticas, entre otras. Ahora bien, no solo son necesarios, sino también inesperados y esto lo hace todavía más retador para algunas personas que no están acostumbradas a cambios abruptos e imprevistos. Sin embargo, es el deber de cada empleado y futuros candidatos entender que deben desarrollar un pensamiento adaptativo, un pensamiento que les ayude a afrontar cada cambio que venga en el futuro. El desarrollo de este pensamiento será un beneficio para su rendimiento tanto en la empresa como en sus vidas personales.
Los cambios pueden generar miedo, ansiedad e incertidumbre, ya que estamos acostumbrados a seguir esquemas, crear rutinas y estar al tanto de hacer bien el trabajo y cuando nos presentan un cambio nos frustramos, ya que viene el temor de si lo haré bien o no. Es importante empezar a cambiar ese pensar y empezar a intentar tener un pensamiento positivo hacia el cambio, pues las empresas buscan personas flexibles, es decir, que puedan adaptarse fácilmente a cualquier alteración en los planes o procesos. En la mayoría de los casos, los cambios que se producen a nuestro alrededor están fuera de nuestro control, depende de nosotros cómo queramos reaccionar a las situaciones: si vamos a actuar con temor y saboteando nuestro trabajo, o bien, si vamos a actuar como una persona flexible, positiva, a quien le interesa explorar las nuevas oportunidades que se le presentan.
Para empezar a adoptar este estilo de tomar las situaciones de la vida que se nos presentan tan inesperadas es importante recordar que no podemos detener los cambios y que no depende de nosotros el hecho de que sucedan, cómo sucedan o cuándo sucedan. La aceptación del cambio es el primer paso para construir un pensamiento adaptativo, aceptar que están fuera de nuestro control, aceptar que solo pensado positivamente saldremos de la situación. Valide sus sentimientos y busque información sobre el nuevo cambio, esto le ayudará a adaptarse de la mejor manera. Si bien el cambio nos saca de nuestra zona de confort, nuestra actitud hacia la situación será la clave para no sentirnos abrumados en el momento del cambio. Comunicar las veces que nos sentimos temerosos ante el cambio con nuestro jefe o compañeros de trabajo también es una buena práctica, ya que ellos pueden darle consejos con los que usted no contaba y que le pueden servir para sobrellevar la situación. Todo es un proceso, ningún habito se crea de la noche a la mañana, para un buen resultado es importante mantener la constancia y la coherencia con nuestras acciones. Si siente que va lento, pero sí está siguiendo los pasos, va por buen camino, sea paciente y logrará ser una persona que se adapta con facilidad.
Podemos concluir diciendo que los cambios son parte de nuestro día a día y que es válido que nos sintamos con temor hacia los cambios, pero siempre habrá algo que podamos mejorar no solo para beneficio propio, sino para el de la empresa. Poco a poco nos daremos cuenta de que si seguimos los consejos ya antes mencionados se nos hará más fácil afrontar estas situaciones y podremos ser de gran ayuda para la empresa, podremos enfatizar el valor tan grande que le agregamos a nuestro departamento de trabajo. La clave siempre será la actitud con la que nos tomemos las cosas, cada vez que reaccionamos a algún cabio las personas alrededor nos verán y podemos ser un gran ejemplo para los demás si tomamos las mejores decisiones y la mejor actitud.
