Por Loireth Zeledón Rodríguez – Estudiante de la Escuela de Estudios Generales
¿Has sentido que vas a explotar y que no podés más a causa del estrés? Sentir estrés es algo que nos ha pasado a todos, o al menos a la gran mayoría de nosotros; es un sentimiento muy normal. El estrés se define como el estado de cansancio mental provocado por cualquier sentimiento que nos haga sentir frustrados.
El cuerpo reacciona con estrés ante alguna situación de desafío y, en su mayoría, es generado por el sobre pensamiento en el futuro. Dependiendo del escenario, el estrés puede ser positivo, como, por ejemplo, cuando nos libra de un peligro; no obstante, cuando el estrés va más allá de una acción en un momento determinado y una persona tiene mucho estrés por un periodo extenso de tiempo, se torna muy dañino para la salud, pues los sentimientos de frustración, impotencia y negatividad salen a flote.
Hay dos tipos de estrés:
- Agudo: Este es un estrés a corto plazo, que desaparece de forma rápida.
- Crónico: Este es el estrés que dura más tiempo de lo esperado.
Una persona puede presentar episodios de estrés crónico si, por ejemplo, tiene problemas de dinero, desempleo, problemas laborales y de salud, entre otros.
Los siguientes son algunos consejos para manejar el estrés en el adulto joven:
- Observar los problemas desde diferentes perspectivas: se debe intentar proyectar los problemas desde varias perspectivas y no solo enfocarse en lo negativo; muchas veces los problemas del presente traen consigo muchas cosas positivas a futuro, por eso, el buscarle otros significados a la realidad presente puede transformar las emociones negativas.
- Hablar con tu familia o con personas de confianza: sé comunicativo; buscar personas de confianza para hablar y desahogarse es una forma de despejar la mente y cuerpo.
- Intentar poner orden en tu vida y tus problemas: la desorganización causa más estrés, por eso, es importante poner orden en la vida. Ser ordenado produce emociones más positivas, y menos estrés y ansiedad.
- Buscar maneras para relajarte: es importante sacar el tiempo para uso y bienestar personal; actualmente hay muchas opciones de actividades que se pueden realizar para disminuir el estrés diario, como hacer yoga, salir a caminar o realizar ejercicio.
- Aceptar tu fragilidad: es bastante común que una persona no acepte que no puede con algo. Sentir fragilidad es el desencadenante número uno de la ansiedad y la tensión; es bueno saber que los problemas son pasajeros y si no se es capaz de afrontar una situación, aceptarlo; el futuro es fugaz, y el estrés y ansiedad también lo serán.
- Dormir suficiente: dormir lo suficiente ayuda a que descansés la mente y pensés mejor, y esto da más energía. Es recomendable dormir entre 7 u 8 horas diarias.
- Aprender a decir “no”: se dice que saber decir “no” es un lujo. Intentar agradar a todo el mundo, no es, en definitiva, una buena alternativa; se debe tener presente que rechazar algo no te hace una mala persona, por el contrario, aceptar todo, por quedar bien con los demás, puede traer resultados agobiantes.
- Buscar ayuda profesional: se puede considerar la visita a un profesional para que ayude a controlar el estrés y busquen ―entre los dos― otras alternativas para lidiar con el estrés y poder disminuirlo.
