Por Chris A. Montiel – Estudiante de la Escuela de Estudios Generales

Al igual que la materia, el arte se transforma, al punto en que hoy no lo tenemos solo para apreciarlo, sino también para vivirlo. Se nos ha dado la oportunidad de convertirnos en parte activa de la expresión del artista, de ser uno con él para poder dar fuerza a la voz de su mensaje. Este logro se lo debemos al Arte en Acción (Live Art), en el cual el artista escoge trabajar directamente al frente de la audiencia en tiempo y espacio; sin objeto, ni ambiente, el arte se vive en el momento actual entre el artista y el espectador.

Este es el intento de dar a conocer la diversidad en expresión de las prácticas artísticas, incorporando muchos elementos aparte de la actuación, pero su base está en que quien hace, quien dirige, quien actúa es el artista. Su propósito principal es el de desafiar el convencionalismo de las formas tradicionales en las que se visualiza el arte, como lo son la pintura y la escultura. Dentro del Arte en Acción tenemos la categoría Performance, el término podría parecer nuevo, pero un tiene una larga historia y un amplio linaje, sus raíces pueden ubicarse en el arte experimental del siglo XIX y XX, luego de la II Guerra Mundial. Hace eco de las ideas utópicas del periodo vanguardista y juega un rol importante en movimientos anarquistas como el Futurismo y el Dada.

El Performance fue influenciado por el teatro, presentaciones musicales, arte, poesía y otros entretenimientos populares. Fue, en su momento de concepción, el escape de los artistas a explorar cuestionamientos filosóficos y psicológicos sobre la existencia humana. Y mientras la pintura y escultura se escudaban en una forma expresiva de contentamiento para transmitir un significado, en el arte del Performance se forzaba a los espectadores a comprometerse con una persona real, alguien que podía sentir lo mismo que él, con quien podía compartir sus instintos básicos, sus necesidades físicas y psicológicas, por alimento, abrigo, sexo, interacción; sus miedos y conciencia; sus preocupaciones sobre la vida, el futuro, el Performance daba la oportunidad de compartir con el artista un mundo (Bucknell, 2017).

Las pretensiones del movimiento son poner al espectador a pensar sobre problemáticas actuales de maneras incómodas o a veces un poco perturbadoras, pero igualmente también puede hacerle reír al llevar su atención a cosas absurdas de la vida y las idiosincrasias del comportamiento humano; todo sin narrativas, sin el uso de estructuras y siempre en el momento menos esperado.

El mayor florecimiento del Performance tuvo lugar durante el declive del modernismo y el expresionismo abstracto de los 60 y encontró exponentes alrededor del mundo. En este período, su enfoque fue particularmente en el cuerpo y se le hacía referencia como “Arte del Cuerpo”. Se observó como una consecuencia del abandono de convencionalismos y como un liberador del materialismo y de los medios. Se le usó para desafiar y violar fronteras entre géneros y disciplinas artísticas, entre lo público y lo privado, entre lo cotidiano y el arte que no sigue reglas.

Un ejemplo bastante conocido fue el de la artista Yoko Ono: una puesta en escena en 1969 bajo el nombre de “Bed-In”, junto con John Lennon, en la cual ambos hicieron de una actividad humana ordinaria un espectáculo público que demandaba interacción personal y, a la vez, concientizaban popularmente sobre sus creencias pacifistas (Waxman, 2019).


(Hulton, 1969)

El Performance igualmente coincidió con el alza de la segunda ola feminista en los Estados Unidos, en la que las mujeres le utilizaron como medio de confrontación para liberar tensiones o frustración ante la injusticia social y como foro de discusión abierto sobre la sexualidad femenina. Las actrices midieron la oportunidad de crear arte para ellas mismas, antes que entrar en una forma de arte establecida y dominada por hombres. Esto trajo una perspectiva fresca al arte, una alimentada en cierta forma por rabia, lujuria y la autoexpresión.

Bastante popular en los 70, el Performance tiene una caída en los 80 con el regreso de la pintura; las galerías y coleccionistas en ese momento buscaban algo material que pudieran comprar y vender. Aún así, el movimiento no desaparece por completo, la mujer continúa en su lucha, y fue su motor durante esta época al utilizarlo con mensajes sobre supresión, igualdad y libertad, hasta su fuerte regreso en los 90, esta vez alimentado por nuevos artistas que le utilizaban para expresar problemáticas de raza, inmigración, movimiento gay y la crisis del SIDA.

Este ha tenido representación en varios estilos (Butler, 2012):

  • Acción (Action): Uno de los estilos iniciales, que sirvió para distinguirlo de las formas tradicionales de entretenimiento.
  • Aconteciendo (Happenings): Se levantó en los 60´s. Tomaban lugar en cualquier tipo de sede no convencional. Fuertemente influenciados por los Dadaistas, requerían de una mayor participación de los espectadores y se caracterizaban por una actitud improvisada, pero siempre atentando a estimular la conciencia critica del espectador.
  • Resistencia (Endurance): Involucramiento por parte del artista en rituales que bordean la tortura o el abuso. Aun así, el propósito no es probar que el artista pueda sobrevivir, sino el de explorar los problemas de los individuos como la tenacidad, determinación y paciencia.
  • Ritual: Su finalidad es demostrar que, aunque unos aspectos del performance han procurado desmitificar el arte llevándolo más cerca de la cotidianidad, otros aspectos del movimiento lo han visto como un vehículo para remistificar el arte, dándole de vuelta un sentido del arte sagrado que se ha perdido en los tiempos modernos.

En lugar de buscar entretenimiento, la audiencia del arte Performance usualmente espera ser desafiada y provocada, se les pide cuestionar sus propias definiciones de arte, en una forma no siempre placentera o confortable. Actualmente, los artistas de Performance continúan empleando una amplia variedad de medios, estilos, mezclando narrativas, actuación y arte de instalación. Un poco difícil hoy por hoy, que vivimos en una actualidad bastante egocentrista por las redes sociales, pero estas han tenido su lado positivo al impulsar el alcance, la concientización, la distribución, reproducción y el apoyo de estos artistas y sus mensajes.

 

MOXIE es el Canal de ULACIT (www.ulacit.ac.cr), producido por y para los estudiantes universitarios, en alianza con el medio periodístico independiente Delfino.cr, con el propósito de brindarles un espacio para generar y difundir sus ideas.  Se llama Moxie - que en inglés urbano significa tener la capacidad de enfrentar las dificultades con inteligencia, audacia y valentía - en honor a nuestros alumnos, cuyo “moxie” los caracteriza.

Referencias bibliográficas:
• Bucknell, A. (21 de junio de 2017). Can Anything Be Performance Art? Recuperado de https://www.artsy.net/article/artsy-editorial-performance-art
• Butler, A. M. (22 de enero de 2012). Performance Art Movement Overview and Analysis. Recuperado de https://www.theartstory.org/movement/performance-art/artworks/
• Hulton, K. (25 de marzo de 1969). A Bed-In. Amsterdan, The Netherlands: Getty Images.
• Waxman, O. B. (25 de marzo de 2019). Behind the Photo: How John Lennon and Yoko Ono came up with the idea of their bed-in for peace. Recuperado de https://time.com/5557089/lennon-ono-bed-in/