The Guardian conversó con el profesor inglés Robin Shattock quien está desarrollando una de las vacunas contra el COVID-19 en el Imperial College en Londres. El medio reporta que Shattock se encuentra cautelosamente optimista acerca de la vacuna que su equipo está desarrollando.

Antes del brote del coronavirus, Shattock y su equipo se encontraban trabajando en vacunas para el ébola y la fiebre de Lassa. En ese momento aún no habían llegado a la etapa de pruebas en humanos.

Por ello, ahora Shattock cree que el enfoque revolucionario de su investigación en torno al desarrollo de las vacunas ayudará no solo a salvar vidas en la pandemia global, sino que también en cuestión de cinco años se volverá la norma en desarrollo de vacunas.

Shattock y su equipo se encuentran trabajando e investigando un tipo de vacuna de ARN, la cual él cree verá su prueba de fuego con el COVID-19, que probará o refutará si el método de este tipo de vacuna será ese gran avance a nivel global.

Estoy cautelosamente optimista de que sí funcionará al igual que cualquier otra vacuna que está siendo desarrollada porque induce una buena respuesta en modelos animales, y predecimos que será lo mismo en humanos y será bastante seguro porque estamos usando dosis bajas".

Shattock no sabe todavía cuál es el nivel de inmunidad que se requiere para prevenir la infección, dato que forma parte de la actual investigación. La vacuna está basada en pedacitos de código genético en vez de pedacitos del mismo virus. El código es insertado en gotitas de grasa en el músculo del brazo. Luego, esto produce la proteína de espiga por la cual el virus Sars-CoV-2 es famosa. Esto induce al sistema inmunológico a entrar en acción para crear anticuerpos que pelean el virus.

Shattock y su equipo están apuntando hacia una vacuna que pueda tratar a billones de personas en el planeta sin importar el PIB del país. La razón por la cual pueden aspirar vender la vacuna a un menor precio es porque el Imperial College cuenta con financiamiento por parte de Morningside Ventures, el cual está fundado por la familia Chan en Hong Kong y también formaron una empresa social llamada VacEquity Global Health para así traer la vacuna al mundo.

Por ello, las regalías de vacunas serán eximidas para países de bajos recursos y tal vez cobrarán precios más altos para países ricos para así poder llevar la vacuna sin costo alguno a las personas más pobres.

La vacuna entrará a la fase de pruebas humanas en octubre y Shattock cree que para el final del año se sabrá si la vacuna funciona o no.