Escuche la versión en audio de este Reporte
— La publicación de denuncias de casos de hostigamiento y abuso sexual ha sido la norma a lo largo del presente año. De momento llevamos un expresidente, un escritor, un docente universitario y múltiples sacerdotes que han sido expuestos públicamente por conductas sistemáticas de hostigamiento y/o abuso. Iniciada la segunda mitad de este año, la situación parece estar lejos de detenerse.
— Esta vez el involucrado es un docente de secundaria que el día de ayer fue expuesto por el Semanario Universidad. Las denuncias sobre Juan José Gómez Artavia, docente del Liceo Experimental Bilingüe de la Trinidad de Moravia, se acumularon en redes sociales donde 25 mujeres salieron a quejarse de la interacción, tanto física como virtual, del profesor con estudiantes y exalumnas de la institución.
— El Semanario publicó los testimonios de las 25 mujeres, quienes se habían graduado del 2004 a la fecha e incluso una que actualmente es estudiante de la institución. La complicación de los testimonios demuestra un patrón de conductas de acoso por parte del profesor.
— El caso más detallado —y preocupante— es el de Mónica Barboza, quien señaló que no solo fue acosada por el profesor cuando tenía 15 años, sino que el director del colegio, Armando Chacón, según indicó Barboza, le dijo: "vaya grábelo y le creo”.
— La versión de Barboza es respaldada por Lineth Herrera, quien en ese entonces era la orientadora del colegio, y al ser contactada por el Semanario dijo recordar el caso así como haberlo elevado a la dirección del colegio.
— El tema es que, según detalla Barboza, en las oficinas centrales del MEP la cosa no fue nada mejor, ya que asegura que la sentaron en un cuarto del edificio Rofas frente a una pared para que relatara su denuncia, mientras Gómez estaba presente, sin que ella tuviera conocimiento de su presencia y sin acompañamiento de una persona adulta.
— Gómez dio declaraciones al Semanario en las que se defendió, admitiendo únicamente sus contactos virtuales con exalumnas —cómo si eso justificara el acoso sistemático que se maneja— y a pesar de que en 2016 ya había sido suspendido dos semanas por acoso a una estudiante. Además, el docente aseguró que regresará el próximo lunes a clases después de que terminen las vacaciones y esperará a ver si pasa algo a nivel administrativo o judicial para defenderse.
— Siempre en el tema de hostigamiento, pero esta vez en el sector de educación superior, tanto el Instituto Tecnológico Costarricense (TEC) como la Universidad de Costa Rica (UCR) han sido noticia en el último mes por el manejo que han dado a los casos de hostigamiento sexual de parte de profesores. El día de ayer le tocó el turno a la Universidad Nacional (UNA).
— Según nota publicada en La Nación en los últimos 20 años en la UNA se han llevado a cabo 54 investigaciones por casos de hostigamiento sexual, pero el periódico señala la floja e inconsistente manera en que las autoridades de la UNA han sancionado a los involucrados.
— Por ejemplo, según el análisis hecho por La Nación, de los 54 casos investigados 29 tuvieron sanciones moderadas —suspensión sin goce de salario menor a 30 días o amonestación escrita— mientras que el despido fue aplicado en solo 10 de los casos, pese a que en más casos los expedientes daban por constatadas las denuncias presentadas.
— El diario destaca que en la UNA casos con faltas similares terminan teniendo sanciones distintas. Por ejemplo, se despidió a un conserje por hacer preguntas íntimas a una compañera, pero se le dio cinco días de suspensión a un docente denunciado por tres alumnas por haber hecho comentarios sobre sus cuerpos. Además, la nota señala que en varios casos la rectoría de la UNA —que debe avalar las sanciones— o el Tribunal Universitario de Apelaciones fueron los que terminaron modificando la sanción inicialmente establecida.
— Para terminar de hacerle el día a la UNA, La Nación publicó también que actualmente en ese centro de estudios se mantiene a un doctor de apellido Camacho que ha sido acusado y sancionado por acoso en 2011 y 2014. En ambos casos las sanciones fueron de 15 días de suspensión, a pesar de que ambas denuncias involucraban tocamientos indebidos durante exámenes médicos a estudiantes y de que en el 2014 la comisión investigadora recomendó el despido. La entonces rectora, Sandra León Coto, prefirió darle solo una segunda suspensión.
— Si nos va a quedar alguna lección de este 2019 debe ser el reto que tenemos como sociedad de cambiar para detener estas situaciones. En muchos de los casos que se han presentado este año la situación era un secreto a voces, pero “no pasaba nada”. Por ejemplo, uno de los testimonios contra el profesor Gómez asegura que las formas de él con las estudiantes eran conocidas y por eso le llamaban “el asqueroso”, pero ahí seguía dando clases. El patrón es el mismo que denunciaron las estudiantes de la Facultad de Derecho con Mainor Enrique Salas Solís; todos sabían, pero nadie hacía nada.
— La denuncia en el momento siempre será la vía para detener estas situaciones cuando se presenten, pero para que eso sea posible es necesario que existan las condiciones adecuadas, tanto en las instituciones como en las familias, que den seguridad a las personas a la hora de exponer lo que están viviendo para que no sean revictimizadas y para que se tome en serio su denuncia. Además, es necesario la existencia de sanciones acordes a las faltas y que estas sean debidamente ejecutadas cuando se comprueban los actos. Es en todos estos aspectos donde cada nuevo caso nos demuestra que todavía nos queda mucho trabajo por hacer como sociedad.
Bonus Track: Tras el anuncio de la situación de hostigamiento sexual en la Sede de Guanacaste de la UCR el Consejo Asesor Ampliado de dicha sede emitió un comunicado que aquí les compartimos.