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— Tal como les contábamos ayer en la crónica de Barra de Prensa, la Asamblea Legislativa rechazó el lunes en segundo debate el préstamo para el Teatro Nacional. Peeeeeeero el día de ayer en Cuesta de Moras aprobaron una moción para que esa votación se repita. Ajá.
— La moción se pudo votar afirmativamente porque requería únicamente de mayoría simple —mitad más uno de los diputados presentes—, mientras que el empréstito del Teatro sí requiere de 38 votos en segundo debate para su aprobación final.
— Por ese motivo el día de ayer no se repitió de inmediato la segunda votación, mientras las agrupaciones que favorecen la aprobación del préstamo buscan generar el espacio político adecuado para garantizar los votos, que, valga recordar, hasta el lunes se creía estaban asegurados.
— Para alcanzar los votos, quienes están a favor del préstamo tendrían que asegurarse de que todas y todos los diputados que votarían a favor estén presentes y además convencer a Restauración Nacional o al bloque independiente ex PRN de cambiar su voto, o sea, no la tienen nada fácil.
— Si lo segundo parece complicado, lo primero tampoco es tarea fácil, ya que según nuestro registro de asistencia de la Asamblea Legislativa la última vez que el Plenario estuvo completo fue para el discurso del presidente Carlos Alvarado el 2 de mayo anterior.
Dato D+: En las 199 sesiones que tuvo la Asamblea Legislativa en el periodo 2018-2019, el Plenario estuvo completo en solo 13 ocasiones.
— Así que a pesar de que la moción de revisión salva, de momento, el proyecto del archivo, las cosas no son tan sencillas para cambiar el resultado final, por lo que algunos diputados consideran que solo se extendió la agonía.
— Así las cosas, conversamos con Karina Salguero Moya, directora del Teatro Nacional, sobre qué sigue para el Teatro Nacional ante un eventual rechazo del proyecto.
— Salguero nos aseguró que, en caso de que en efecto se sepulte el préstamo, el Teatro deberá iniciar un nuevo proceso desde cero. Esto incluye llamar a expertos para que les den nuevas posibles soluciones a las problemáticas de infraestructura, construir un nuevo proyecto, elaborar planos, buscar apoyo en el Ministerio de Hacienda y el Banco Central y hacer un programa de prefactibilidad del proyecto para, finalmente, salir a buscar una entidad que acepte financiarlo, y entonces sí, enviar un nuuuueevo proyecto de ley a la Asamblea Legislativa. Todo esto implicaría, por lo menos, un par de años más para el Teatro en su precaria condición actual.
— Salguero nos recordó que no se trata solo del tiempo que se perdería, sino que ya se ha invertido casi un millón de dólares en los estudios previos, los cuales se perderían con el archivo del proyecto y por eso deberían hacerse nuevos estudios para un futuro préstamo, o sea, no solo se desperdiciaría el millón de dólares ya gastado, sino que habría que gastar un monto similar para cualquier nuevo empréstito.
— Esto es así ya que los estudios realizados son para este proyecto específico y ante un nuevo proyecto cualquier entidad a la que se acuda para el financiamiento va a solicitar que se le presenten todos los estudios previos adecuados al caso por lo que no aceptarían los estudios que ya existen.
— El tema es que un proyecto de este tamaño no es tan sencillo como salir a cotizar una reparación cualquiera, como, ehm, hizo el diputado Pablo Heriberto Abarca Mora del PUSC, quien decidió irse —con el expediente sin planos— a pedir una cotización del proyecto a una empresa —inhabilitada por el Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos— cuyo presidente es Roberto Quirós Silesky —candidato a alcalde de Cartago por el PUSC— solo para “demostrar” que tenía razón al quejarse por el precio del proyecto. El resultado: pena ajena.
— Más allá de la congoja que nos generan algunos diputados —todas las incongruencias con las que respaldaron su rechazo las pueden repasar en el Barra de Prensa— la directora del Teatro nos dejó con la siguiente reflexión para los diputados y la ciudadanía que se opone al proyecto:
Yo pondría el Teatro Nacional en su adecuado lugar y es el de un proyecto país, un proyecto nacional que trasciende y traspasa las diferentes administraciones y los diferentes partidos políticos. Yo pediría que se analice esto como un caso de una inversión por un país que toma decisiones que son muy importantes, que tiene que ver con el desarrollo del pensamiento crítico, con la dinamización de otras fuentes de economía, como la esperanza de tener espectáculos vivos de crecimiento social. Creo que esto es un tema nacional que no debe politizarse.
— Ojalá en Cuesta de Moras pudieran lograr entender lo que dice Salguero, porque el tiempo pasa y el futuro del Teatro sigue en manos de la Asamblea Legislativa, lo que en estos momentos, visto lo visto, a nadie da tranquilidad.
Bonus Track: Repase las condiciones del préstamo del Teatro Nacional en nuestro infográfico. (Contenido D+)
Hidden Track: Lea la crónica de la visita de Trilce Villalobos al Teatro Nacional. (Contenido D+)