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— Es cierto que Carlos Avendaño (diputado jefe de fracción del Partido Restauración Nacional) puso esta semana el listón el alto al afirmar que “lo más transparente es que el voto sea secreto pero su cinismo se sienta en banca a la par de la obra del exfiscal general de la República, Jorge Chavarría.

— Como recordarán Chavarría está en juicio pues se le acusa de dos delitos de incumplimiento de deberes por solicitar dos desestimaciones (durante el 2014) en favor del entonces ministro de Seguridad, Celso Gamboa Sánchez.

— A inicios de mes, en su descargo a la prensa, Chavarría empezó a esbozar una teoría de conspiración que colocaba a Emilia Navas, Ottón Solís, La Corte, La Nación y CR Hoy (entre otros, solo faltó el Lagartito Tosty) trabajando en conjunto para removerlo de su cargo y ahora perseguirle.

— El día de ayer retomó esa tesis y dijo ser víctima de una “persecución descarada” por parte de la Fiscalía. Todo bien, el señor puede argumentar lo que desee. El punto es que la Fiscalía aduce que debió abstenerse de conocer tramitar y resolver las causas que aludían a Gamboa debido a la amistad íntima que existe entre ambos. En efecto: así lo estipula la ley y así debió de hacerlo.

— El problema es que ahora Chavarría aduce que no existe tal relación de amistad con Gamboa y ahí sí que le jala el rabo a la ternera a niveles desproporcionados. Aduce Chavarría que conoció a Gamboa “como funcionario judicial” y que nunca tuvo relación con su familia. “Me parece una película de ficción”, dijo Chavarría, quien quizá debió alegar más bien que se trata de una biografía con tintes de parodia porque ¡fue él mismo quien dijo a la prensa que veía a Celso como a un hijo!

— Entonces, el mismo individuo que en 2017 dijo “Es mi deber separarme de cualquier caso en el que esté Celso” y “Yo considero que con Celso tengo amistad íntima. Conozco a su madre, la aprecio a su madre. He estado en fiestas en su casa desde que era muy joven y mi esposa y yo lo regañamos como si fuera nuestro hijo” y “con el señor Gamboa Sánchez desde hace más de 20 años me ha unido una relación de amistad y de trabajo muy cercana; esta circunstancia, que es notoria, podría, eventualmente, propiciar cuestionamientos innecesarios alrededor de mi probidad, respecto de cómo se maneje el análisis del asunto” aparece en 2019 a asegurar que no tiene una relación cercana con Gamboa y que todo esto es una persecución montada por la Fiscalía y la Procuraduría General de la República. ¡Recontraplop!

— Chavarría pretende que ahora el país entero olvide esas declaraciones y presentó como testigo al exmagistrado Daniel González Alvarez (exesposo de Cecilia Sánchez, madre de Gamboa) quien dijo que nunca supo de una “amistad íntima” entre el exfiscal general y Celso Gamboa.

— Detalle particular: Gamboa tenía 10 años cuando González lo conoció y 22 cuando se separó de su madre. ¿Y este es el testigo estrella? De plano, una comedia.

Esta nota es parte del Reporte: De Japdeva, Marina Civil, la Iglesia La Luz del Mundo y las Chava-ocurrencias