Flaco favor le acaba de hacer Juan Diego Castro al buen nombre y honor de sus compañeritas de facultad que hoy peinan canas. Resulta que mucho antes de que el juicio oral y público fuera un instrumento de justicia, en 2014, otras oralidades habrían servido para igualar géneros en el escalafón de la Justicia. Pedazo de cono de sombra sobre las esforzadas magistradas y demás funcionarias del Poder Judicial. Incluso para las de hoy, según el mismísimo Observatorio de Género del Poder Judicial, el 48% de los nombramientos dentro de este poder de la República en el 2016 fueron de mujeres.
Costa Rica es además del destino top de las Américas para retirarse (dixit BBC Mundo), un país muy cool, especialmente en navidades, cuando pilla a la beautiful people en Flamingo, donde no nieva como en Miami y llega La Nación en papel. El diario insignia ya votó que no lo quiere en la Casa Presidencial con lo cual Ignacio Santos y Armando González deberán fichar otro invitado para sus tertulias en Teletica.
Juan Diego se lamenta de que “la corrupción que más le duele” es la del Poder Judicial. Podría pensarse que el comentario de los favores sexuales se hizo aprovechando el envión del Cementazo, y es difícil, por lo escabroso del tema, que el chupa chupa persista más allá de la anécdota. “No somos todas, Juan Diego”, ha dado a entender la Asociación de Juezas, que “estudiarán las manifestaciones del candidato presidencial, y de ser el caso, emitirán un criterio al respecto dentro de lo permitido por el ordenamiento”. Ante los misiles, fineza y buena educación.
Ya se verá si la llamarada insolente de JDC sirvió para mover la aguja de las encuestas de la que nuestro Trump criollo aventaja “por una cabeza”, como diría Gardel, a su archienemigo Antonio Álvarez Desanti. Adiós papá Noel y gracias por los regalitos. Hola embrollo electoral y preparen los botes de palomitas. Gracias al inefable abogado de frondoso prontuario político hemos recuperado la memoria que faltan solo cuatro semanas para la primera ronda electoral. Cruel paradoja para Luis Guillermo Solís, quien vino a cambiar la política de cuajo y hoy mira el match Juan Diego- Antonio con la lejanía que uno puede apreciar el Super Bowl de los EE.UU, que cae precisamente el 4 de febrero. Su candidato, Carlos Alvarado, y el increíble spot presidencial de hace unos meses en el que se anunciaba tiempos duros y economía de guerra, hoy miden muy poco.
Gracias chicas por este ardid electoral, en cualquier momento las llamo, dice el Cínico del PIN, mientras espera el furibundo contraataque de Antonio. No se preocupe Rodolfo Piza, confíe en que las encuestas a veces se equivocan. Sino pregúntele al saliente vecino de Barrio Escalante, que en 2014 ganó corriendo de atrás aprovechando el desinfle del PLN y las dudas que sembraba el FA. Calienta el prime time...
Fotografía: El Mundo CR.
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