En una entrega previa, hablamos sobre los pasantes o practicantes. Son aquellos estudiantes que realizan su práctica profesional o técnica en una empresa. La idea es que implementen sus conocimientos, cumplan con el requerimiento académico de la práctica y así obtengan el título correspondiente.

Decíamos en esa ocasión que la relación de pasantía no es laboral. Los pasantes cuentan con el seguro estudiantil, que hace las veces del seguro de riesgos del trabajo. Además, usualmente las empresas les pagan un monto o subsidio —que no es salario— para cubrir sus gastos personales, por ejemplo, de transporte o alimentación.

Es importante que, en el día a día, las empresas tengan los cuidados necesarios para no incurrir en responsabilidades respecto a los pasantes:

  • La lógica indica que al pasante se le deben asignar tareas sencillas, que no sean clave para la operación de la empresa o que alguien más puede rehacer o corregir en caso de ser necesario. El nivel de complejidad podrá ir en aumento acorde a su desempeño.
  • No se debe exponer al pasante a información confidencial o sensible de la empresa, aun y cuando se firmen acuerdos de confidencialidad.
  • Se debe seleccionar con cuidado a las personas que tendrán a su cargo un pasante. Esto es una labor apta para quien pueda asumir la carga adicional y, además, cuente con habilidades para la transmisión de conocimientos.
  • Las pasantías tienen una fecha de inicio y una de final, que usualmente corresponde a una unidad educativa (trimestre, cuatrimestre, semestre). Si el practicante se queda más tiempo, la empresa debe replantearse la condición bajo la cual presta sus servicios.
  • Ningún trabajador regular de la empresa podría excusar sus incumplimientos o faltas diciendo que “se lo pedí al pasante y no lo hizo”. Cuando a algún trabajador se le encarga servir de guía o mentor de un pasante, eso no significa que le puede delegar sus funciones ni que tiene un asistente a su disposición.
  • La cobertura de riesgos y accidentes que tienen los pasantes es para eventos que pudieran ocurrir mientras se encuentran en la empresa, no para paseos, actividades deportivas o salidas con otros trabajadores.
  • Los pasantes pueden denunciar conductas de discriminación o de acoso sexual o laboral y la empresa debería seguir el procedimiento.
  • Es fundamental tener muy claras las actividades en las que participará el pasante. Aunque se presenten situaciones especiales, por ejemplo, la llegada de una nueva máquina, su instalación, mantenimiento especial, o cualquier otro evento poco frecuente; es importante considerar si podemos convocar al pasante para que esté presente o pedirle que asista fuera de los días y horas acordadas, independientemente de lo interesante que pueda resultar para él esta experiencia.
  • La empresa puede dar por terminada la pasantía si considera que la conducta del pasante así lo amerita y lo debe informar al centro educativo.
  • Establecer condiciones para los casos en los que el pasante quiera utilizar su experiencia en la empresa para su tesis de grado o cualquier otra publicación. Se puede regular el uso del nombre de la empresa, de sus procesos, solicitar de revisar la tesis para confirmar el cumplimiento de las condiciones y la autorización para utilizar esta información para su operación.
  • Si el pasante viene de otro país, asegurarse que cumpla con las condiciones migratorias y cuente con opciones propias para recibir atención médica en caso de ser necesario.

Con los pasantes, como con los trabajadores, podría presentarse casi cualquier situación durante su periodo de práctica. Por eso es fundamental contar con procesos y políticas claras sobre su manejo.

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