He leído con atención el artículo del Sr. Jorge Luis Morales García, Secretario del Sindicato de la Judicatura. El articulo en cuestión, intitulado "Conflicto de Poderes: El juego entre las instancias institucionales y los poderes fácticos" ciertamente está bien escrito. El Sr. Morales desarrolla bien las ideas - las cuáles, valga mencionar, son un compilado de los argumentos que esbozan los funcionarios judiciales - .
Retóricamente, admitamos entonces que es un sólido documento (con algún traspié en su conclusión). Pero... hasta ahí. Lo esbozado por el Sr. Morales - y por tanto, por nuestro rebelde Poder Judicial y sus acólitos - al ser analizado más a fondo, se cae cual castillo de naipes.
Veamos:

En primer lugar, el Sr. Morales abre aclarándonos que el tema no gira en torno al Presidente de la Corte, el Sr. Fernando Cruz: ¡por supuesto que no! Sin demérito de su alta investidura, el actuar y pensar personal del Sr. Cruz es su posición subjetiva personal. Atacarlo a él personalmente equivale a una falacia ad hominem... y sacar a colación el tema, en ausencia de un ataque (como no lo hay en este artículo), es solo una cortina de humo. Esto no se trata de "fulano" o "mengano" . Esto es un tema país.

Además, el Sr. Morales presenta el argumento legal. Y es aquí donde está el quid del asunto. Porque el único argumento dizque sustentable que tienen los funcionarios judiciales —y para estos efectos, los universitarios y cualesquiera otros— es un tema de forma legal, no de fondo. Nótese como el Sr. Morales arguye un punto leguleyo: la no aplicación del 208 bis y su posterior sustento constitucional para su entidad e intereses.

Más allá de la validez del proceso administrativo como tal (dicho sea de paso, muchos abogados, diputados y analistas lo han endosado), hay un tema de fondo. Las leyes, Sr. Morales y Señores Magistrados, no nacen en un vacío. La ley no es un concepto teórico o filosófico ajeno a los tiempos y las circunstancias. Todo lo contrario, la ley es el depósito de la razón y la justicia al mejor resguardo de los intereses de la sociedad de una época. Y nuestra época, Sr. Morales y Señores magistrados, no es cualquier época. La nuestra es una era de crisis y de oportunidades. La nuestra es una era en la cual Costa Rica debe decidir si quiere dar el salto adelante o se va a quedar atrapada en el atasco que ha vivido los últimos 30 años. La nuestra, compatriotas, es la era de las decisiones. Esta es la década en que despegará la Inteligencia Artificial, la Biotecnología, la robótica y tantas otras tecnologías. La población envejece. Las temperaturas globales aumentan. Las migraciones también.

Las leyes deben crearse, ajustarse e interpretarse en este contexto. El Espíritu de la Reforma Fiscal, que ustedes olímpicamente quieren saltarse, no es otro sino evitar un crisis económica que afectaría a toda Costa Rica. Una crisis que le cerraría el crédito internacional al país, poniéndonos en las manos del Banco Mundial... cual estuvo Grecia no hace mucho. Una crisis que crearía otra "década olvidada", otro desierto para nuestros hijos y que tal vez condene a Costa Rica a quedarse para siempre en los últimos vagones del tren del progreso que se acelerará exponencialmente de la mano de la tecnología durante los próximos lustros.

Finalmente, el Sr. Morales cierra de manera un tanto forzada, presentando una serie de planteamientos que podrían servir de titulares de diario amarillista. Se nos dice que de lo que se trata es de desmoralizar al personal del Poder Judicial, o que esto es más bien un intento de socavar el Estado costarricense. Si así es, es una lejana posibilidad: nuestra centenaria institucionalidad, nuestro educado pueblo, nuestra academia y nuestro patriotismo son garantes que han evitado esto anteriormente (recuerdo similares falacias en tiempos de los PAEs). Pero lo que sí es un verdadero riesgo, una verdadera amenaza, una sombra que se yergue sobre todos nosotros es una crisis económica. Déjense de "cuentos" por favor. Si la CGR hubiera emitido la opinión en contrario, estoy absolutamente seguro que el Sr. Morales y el Poder Judicial estarían celebrando que esa entidad - regente válido y constitucional de todo lo financiero a nivel estatal - les dio la razón.

El problema, Sr. Morales, Sr. Cruz, Sres. Poder Judicial, Sres. Rectores, el problema lo detectó Marco Tulio Cicerón desde los tiempos de la Roma Imperial. Nos dice el prócer de los abogados que  "El Poder y la ley no son sinónimos. La verdad es que con frecuencia se encuentran en irreductible oposición". Lamentablemente, señores, en este caso Ustedes son "El Poder"... y con su angurria y ceguera van a condenar a sus hijos, a ustedes mismos y a nuestra querida Costa Rica. Recapaciten.

Este artículo representa el criterio de quien lo firma. Los artículos de opinión publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de este medio. Delfino.CR es un medio independiente, abierto a la opinión de sus lectores. Si desea publicar en Teclado Abierto, consulte nuestra guía para averiguar cómo hacerlo.