La encuesta del IDESPO-UNA confirmó lo que ya insinuaban los estudios del CIEP: más que decidir quién lidera, el país decidió (por ahora) no decidir. Laura Fernández encabeza la intención de voto con un cómodo y sólido 28%, pero el verdadero dato no está ahí, sino en la otra mitad: el 52% de los costarricenses todavía no sabe por quién votará. Esa mayoría silenciosa no es apatía; es diagnóstico.