En Brasil cada pieza visibiliza, desde el lenguaje del arte, las múltiples dimensiones del daño climático.

Con la participación de liderazgos comunitarios, organizaciones de la sociedad civil y especialistas en derechos humanos y justicia climática, se lanzó en la COP30 el Hub de Reparaciones Climáticas, un espacio regional destinado a visibilizar daños y pérdidas, amplificar voces comunitarias y promover mecanismos de reparación justos, transformadores y basados en derechos.

El acto inaugural, titulado “Reparar el daño: voces comunitarias y justicia climática desde Centroamérica”, reunió a más de 200 asistentes, quienes participaron en un diálogo profundo sobre la urgencia de reconocer y reparar los impactos que la crisis climática causa diariamente en los territorios del Sur Global.

La actividad incluyó una exposición de artivismo construida de forma colectiva con comunidades de Honduras, Costa Rica, Guatemala y El Salvador. Cada pieza visibiliza, desde el lenguaje del arte, las múltiples dimensiones del daño climático:

  • Las fotografías representan el rostro humano de quienes ponen sus cuerpos para enfrentar los impactos climáticos, mostrando la dignidad, la resistencia y la fuerza que sostienen a los territorios más afectados.
  • Los dibujos fueron realizados por integrantes de las comunidades y reflejan cómo eran sus territorios antes de los daños y cómo los imaginan si las reparaciones climáticas llegan: paisajes restaurados, ríos vivos, bosques sanos y comunidades donde es posible vivir con dignidad.
  • Las frases exhibidas fueron construidas en talleres participativos, donde las comunidades definieron qué significa para ellas “reparaciones climáticas”: justicia, reconocimiento, no repetición, recuperación espiritual y reconstrucción del tejido social.

Estas piezas son un testimonio vivo de que la reparación no es solo un concepto técnico, sino un proceso profundamente humano que toca la memoria, la identidad y la esperanza.

El evento

La sesión de apertura, moderada por Jennifer Rojas de La Ruta del Clima, marcó desde el inicio el tono del encuentro: un espacio donde las voces comunitarias no solo participan, sino que guían la construcción de una agenda regional de reparaciones climáticas. Su mensaje subrayó que cualquier conversación sobre justicia climática en Centroamérica debe comenzar y terminar con quienes viven los impactos en sus territorios.

La jornada tuvo intervenciones profundamente reflexivas. Elisa Morguera, Relatora Especial en Derechos Humanos, compartió una mirada crítica sobre el papel de las reparaciones dentro del régimen internacional del clima, destacando su relevancia para la equidad intergeneracional y la protección de los derechos de las generaciones presentes y futuras.

Luego, un panel dedicado a Reparaciones y justicia climática reunió las perspectivas de Adrián Martínez (La Ruta del Clima), Carlos Aguilar (Oxfam) e Ingrid Hausinger (Fundación Heinrich Böll Stiftung – HBS).

El diálogo se centró en los pasos necesarios para traducir el concepto de reparaciones en acciones concretas con enfoque de derechos humanos; cómo evitar respuestas meramente paliativas y avanzar hacia medidas verdaderamente restaurativas y transformadoras; y los retos de posicionar esta noción dentro del marco del Acuerdo de París.

Un segundo panel, profundamente emotivo, reunió a José Ramón (ASONOG, Honduras), Guido Calderón (ASEDE, Guatemala) y Carolina Maya (UNES, El Salvador), quienes hablaron en nombre de las comunidades.

Su reflexión respondió a dos preguntas esenciales: ¿Qué debe repararse? y ¿Cómo debe hacerse? Las personas expresaron que la reparación no se limita a lo material. También abarca lo social, lo cultural y lo espiritual.

El contexto que dio marco a estas conversaciones es contundente: Centroamérica es una de las regiones más vulnerables del mundo ante la crisis climática. Huracanes intensificados, sequías prolongadas, inundaciones recurrentes y daños irreparables afectan desproporcionadamente a poblaciones que han contribuido mínimamente a la crisis global.

Las respuestas internacionales, hasta ahora, han sido insuficientes: desconectadas de las realidades locales, dominadas por lógicas estatales de compensación, y lejos de atender los daños humanos, culturales, emocionales y territoriales que viven las comunidades día a día.

El evento culminó con el lanzamiento oficial de la Coalición de Reparaciones Climáticas para Centroamérica, integrada por organizaciones comunitarias y de sociedad civil con una larga trayectoria en temas de pérdidas y daños, defensa del territorio, derechos humanos y justicia climática.

La coalición nace con un propósito claro: incidir a nivel regional e internacional, posicionar el derecho a las reparaciones como pilar de la justicia climática, fortalecer capacidades comunitarias, articular propuestas para mecanismos de financiamiento justos y acompañar procesos de documentación, memoria y exigibilidad.

Adrián Martínez, director de La Ruta del Clima, indicó que nadie tiene el deber de soportar los daños y pérdidas climáticos, pero los Estados sí tienen la obligación de reparar.

Desde la coalición emprendemos la lucha juntos a comunidades de todo Latinoamérica que sufren la destrucción de sus medios de vida, el flagelo de su tierra y negación de un futuro digno. Reparar el Daño es la dignidad que nos dan los derechos humanos y un reclamo a nuestros Estados por 30 años sumisión a una gobernanza climática que protege los intereses del norte global e ignora nuestros derechos”.