Desde el desconsuelo, la ternura y la rebeldía, Flama lanza una nueva canción que conecta el dolor personal con la lucha colectiva.
El proyecto musical costarricense Flama acaba de estrenar Tierrita Roja, una ranchera emocionalmente cruda que, entre acordes delicados y letras viscerales, canta sobre la pérdida del hogar, el dolor de regresar a un país cambiado y la determinación de defender lo que aún queda. El sencillo forma parte de Insurgente, el primer EP del proyecto, que marca un antes y un después en su exploración sonora y emocional.
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Con una estética profundamente latinoamericana y una voz que tiembla entre la ternura y la furia, Flama convierte esta ranchera en un manifiesto íntimo y político.
Tierrita Roja nació como un grito contenido, como una súplica y como una promesa”, explica Flama. “Escribí esta canción en menos de diez minutos, como si mi alma canalizara la rabia colectiva de un pueblo que ve su paraíso convertirse en botín”.
La producción musical estuvo a cargo del guitarrista Jesús Flores, quien aportó capas sonoras que intensifican la emoción del tema. Además, el proceso creativo ha contado con el respaldo cercano de Giovanna Park, mánager y figura fundamental en el desarrollo artístico y profesional de Flama.
Insurgente, el primer EP de Flama, fue concebido como una obra que prioriza el sentir antes que el gritar; desde ahí, cada pieza se convierte en un manifiesto artístico cargado de intención. Construido desde la introspección, la experimentación y lo personal como punto de partida para lo colectivo, el proyecto se postula ahora a los Latin Grammys: un paso audaz y coherente con la visión de Flama y su equipo.
Al respecto, Flama señaló:
Mostrarle al mundo lo que hemos creado no es arrogancia, es confianza en el poder del arte hecho con verdad”.
Además del estreno de “Tierrita Roja”, Flama prepara una serie de presentaciones en vivo en Costa Rica y México, así como un nuevo álbum que explorará la nostalgia y la memoria a través de subgéneros latinoamericanos y una estética vintage grabada en equipos análogos.
A los latinos nos gusta llorar bailando”.