La jefa oficialista criticó al Congreso por “obstruccionismo” y revanchismo político.

La jefa de fracción de Progreso Social Democrático, Pilar Cisneros Gallo, usó su discurso del 1.º de mayo para lanzar una dura crítica contra la Asamblea Legislativa, a la que calificó como “una de las peores de las que se tenga memoria”, y acusó de bloquear proyectos clave por razones de revanchismo político.

En su intervención, Cisneros aseguró que Costa Rica vive “los primeros pasos de una profunda transformación” encabezada por el presidente Rodrigo Chaves Robles, y que el principal logro de su gobierno ha sido “despertar a un pueblo dormido y resignado a un presente sombrío”.

La diputada acusó a una supuesta “casta” de controlar las instituciones del país para mantener privilegios y repartirse puestos en los tres poderes del Estado, así como en la Contraloría, la Defensoría y el Tribunal Supremo de Elecciones. “La ceguera y los egoísmos partidistas intoxican la gestión pública y tienen asqueado a este pueblo noble y valiente”, sentenció.

A lo largo de su mensaje, lamentó la falta de voluntad del Congreso para aprobar propuestas del Ejecutivo como las jornadas 4x3, la marina de Limón, la reforma a la educación dual o una reforma al Estado. Según afirmó, “tenemos el poder, pero no lo usamos” y el resultado es una “pobre cosecha legislativa” que “representa la decadencia de la añeja élite gobernante”.

Hoy tengo que admitir mi frustración por ser parte de una de las peores asambleas legislativas de las que se tiene memoria. Dudo que muchos de ustedes puedan mirar a los ojos al pueblo y decirles que realmente hicieron lo mejor que pudieron por ellos”.

Cisneros también defendió la visión del presidente Chaves, al que definió como “una figura que inspira y aglutina a una sustancial mayoría ciudadana”. Según afirmó, la resistencia a sus proyectos no busca perjudicar al mandatario, sino a los costarricenses: “El daño no es para Rodrigo Chaves... es para un pueblo deseoso y merecedor de más y mejores oportunidades”.

En el cierre, instó al Congreso a cambiar el rumbo en su último año de labores. “Aún hay tiempo. Aún pueden revertir el desencanto y la frustración con trabajo, con actitud patriótica”, dijo. Y lanzó una advertencia electoral:

La sentencia popular llegará sí o sí en solo nueve meses... El poder volverá al pueblo, a un pueblo despierto, dispuesto a cobrar la factura de la traición".