Actualmente, aunque se dé por hecho la existencia de las bibliotecas, siendo estos espacios tanto físicos como digitales, muchas personas no roconocen que su verdadero valor radica en lo intangible que hay dentro de ellas, es decir, en el poder que ejercen en el manejo y acceso a la información.
Se podría nombrar el presente no solo como la era digital, sino también de la información, donde constantemente se es bombardeado con fuentes tanto verídicas como falsas y donde la necesidad de adquirir mejores aprendizajes es infinita.
En las manos de una biblioteca este material se trabaja bajo la gestión de proyectos, y para esto se requiere de una buena administración, de acuerdo con el Manual de Administración de proyectos citado por Sparano (2008) es “la ejecución en un momento determinado de un proceso o actividades con un tiempo, un costo y un alcance definido, y es el principal objetivo del líder de proyectos; de planificarlos y controlarlos” (p.65).
Este tipo de metodologías y estrategias para el desarrollo y ejecución de proyectos realmente trae un impacto positivo dentro de las Unidades de Información, ya que una correcta planificación de proyectos optimiza los recursos materiales y humanos. Si bien las bibliotecas privadas gracias a su abastecimiento de recursos no suelen enfrentar dificultades en su administración, la realidad de las bibliotecas públicas es distinta.
La falta de recursos económicos en las bibliotecas públicas no es un hecho aislado, sino una problemática recurrente que limita la capacidad existente en cumplir con la misión propuesta. En muchas ocasiones, estos recursos son tan valiosos como el oro, pues su adquisición representa una oportunidad crucial para el desarrollo del país, porque si estas iniciativas se toman con la seriedad necesaria, no solo fortalecerán el crecimiento individual, similar a una semilla que, con el cuidado adecuado, se transforma en un árbol fuerte, sino que también impulsarán el progreso colectivo.
Una sociedad formada a través de una educación enriquecedora y sólida tiene el potencial de transformar su realidad, resolver problemáticas actuales y generar un impacto positivo en el país. En este sentido, la educación, el acceso a la información y el desarrollo nacional son conceptos inseparables, ya que el verdadero crecimiento de una nación radica en la formación de sus ciudadanos.
La administración de proyectos se compone de una serie de fases estructuradas en grupos de procesos. En primer lugar, los procesos de iniciación establecen el propósito, los objetivos y las políticas estratégicas necesarias para alcanzar los resultados esperados.
Posteriormente, los procesos de ejecución garantizan la calidad y gestionan la adquisición de los recursos y equipos requeridos. Seguidamente, los procesos de seguimiento y control supervisan la correcta ejecución de cada etapa, verifican el cumplimiento de los objetivos y regulan tanto el cronograma como los costos del proyecto, asegurando el cumplimiento de los criterios establecidos y la correcta documentación de los resultados obtenidos.
Finalmente, la administración de proyectos representa un eje esencial para alcanzar la eficiencia y el éxito de cualquier iniciativa planteada. A través de una planificación estratégica, una ejecución estructurada y el seguimiento continuo, se puede garantizar el cumplimiento de los objetivos propuestos y optimizando los recursos de los que se disponen, dejando una huella positiva en la historia de la información.
Aunque ¿hasta qué punto estas metodologías empleadas y descritas son realmente aplicadas de manera funcional? Es decir, ¿es posible garantizar que cada proyecto se elabore siguiendo estos lineamientos? Se considera que, como seres individuales y conscientes, los profesionales en las bibliotecas deben adoptar una mentalidad madura y reflexiva al tomar decisiones que pueden afectar tanto el presente como el futuro.
Por lo que es crucial que los encargados de la gestión y administración de las bibliotecas actúen con criterio y responsabilidad ya que a largo plazo se reflejarán los frutos en el desarrollo educativo, cultural y social de la sociedad.
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