De: [email protected]

A: Recursos Humanos, Jefatura, Gerencia, siguientes y concordantes

Como soy una persona decente, no les puedo decir que estoy fúrico y ahogado del colerón, pero ustedes me conocen y saben que estoy que mato a alguien.

¿Cómo va a ser posible que me cambien el espacio de parqueo? ¿A ustedes se les olvida que la costumbre es más fuerte que el amor? Yo ya tengo derechos adquiridos, de hecho y de derecho, como dicen ustedes lo abogados.

Pregúntenle a los compañeros y a los guardas. Todos saben que el campo a la par de la columna es el mío. Solo me falta pintarle el nombre.  Todos me lo respetan, nadie se mete y cuando entra alguien nuevo, se lo advierten. Yo lo cuido, lo barro, me preocupo por él. Es lo que llaman un derecho adquirido ¿Y ahora resulta con que me tengo que ir a parquear allá donde el diablo perdió la chaqueta?

NO. Eso va contra mis derechos humanos. Ustedes saben que yo llevo años haciendo el esfuerzo de comer bien, pero sigo pasadito del peso ideal. Pero ustedes pretenden que con esta panza, yo camine 600 metros del nuevo parqueo a la oficina.

Tampoco toman en cuenta el bochorno que hay en la mañana. Entonces, hay que caminar, gastar suela y zapatos y llegar sudado y apestoso a sobaco en la ropa de trabajo. Y si llueve, hecho una sopa.

Además, yo ando cargando con mi laptop (bueno, la de la empresa), mi mochila. La lonchera. La botella de agua para mantenerme bien hidratado. La sombrilla. La sueta. Y dos veces a la semana el maletín de crossfit. O sea, vengo cargado.

Me obligan a pasar frente a ese lote horrible y me pueden asaltar. Además, me puedo lesionar la espalda de tener que caminar con ese peso.

Yo me puse a medir tiempos y duro 10 minutos en llegar de ese parqueo nuevo al escritorio. 20 minutos en total. A mí nadie me paga esos 20 minutos más. Ni siquiera pagan extras aquí. ¡Solo falta que pretendan que venga en bus!

Entonces, se me hace leña la ropa, los zapatos, la espalda y además el carro, porque al aire libre se tuesta todo y la depreciación se acelera.

Todo porque ustedes unilateralmente me quitan el derecho a la seguridad que me da mi parqueo e irrespetan lo mío, en una acción impensable, imprevista, ilegal y clandestina.

No me lo tomen a mal ni es una amenaza, pero ustedes saben que existe la renuncia con responsabilidad patronal y me tocaría todo más los daños físicos y morales. Así que avisados quedan y les doy el plazo que toca para que se pongan con Dios.

Hubiera yo sabido desde el principio que aquí no respetan la propiedad privada y la dignidad humana, no acepto el puesto.

Parqueo o muerte ¡Venceremos!

De: Recursos Humanos

A: [email protected]

Fulanito. Por dicha enviaste este correo en lugar de pedir una reunión. Nos ahorraste un disgusto presencial a todos. Te lo resumo: El parqueo NO es un derecho laboral.

No es salario en especie. No es una remuneración de tus labores. Es un beneficio que has disfrutado, de forma gratuita, porque el patrono quiso. Lo que se llama una liberalidad patronal.

Además, ese parqueo no es tuyo. Es más, nunca lo fue.

Es y siempre ha sido del condominio y si ellos lo ocupan para algo más, lo regalan, lo llenan de cajas o simplemente nos dicen que ya no lo podemos usar, no hay nada que hacer. Tampoco tu contrato dice que te dábamos parqueo o que estábamos obligados a hacerlo.

¿Vos has considerado que venís a la oficina solo dos veces a la semana?

Hacenos un favor a todos y búscate un problema honesto. Como claramente tenés demasiado tiempo libre, podés entretenerte leyendo esta sentencia que tiene que ver con el tema. Tal ves te sirve para alguna tarea o presentación en alguna materia de esas que estás llevando.

Este artículo representa el criterio de quien lo firma. Los artículos de opinión publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de este medio.