Exposición se inauguró este 8 de mayo y se mantendrá hasta el 28 de junio.

La galería Siegfried Schosinsky del Banco de Costa Rica (BCR) inauguró esta mañana una exposición que nos invita a sumergirnos en un viaje artístico hacia una Costa Rica insospechada, casi surrealista, pero sin lugar a duda real y sobre todo nuestra.

Bajo el nombre “La Costa Rica Desconocida", su autor Carlos Hiller, expone alrededor de 20 obras creadas con base en las vivencias de “artista a bordo” en la expedición científica Octopus Odyssey, realizada en junio del 2023 y en la cual se investigó una zona frente a las costas de Guanacaste en el Pacífico costarricense.

El artista Carlos Hiller señaló:

Costa Rica es 92% mar y de esta vasta extensión marina, un 96% se encuentra a más de 500 metros de profundidad. En los últimos años, varios científicos nacionales han hecho una labor investigativa que ha dejado a todos maravillados por la increíble biodiversidad que existe más allá de nuestro imaginario. En estas zonas abisales costarricenses es donde surge mi inspiración para esta exposición”.

La exposición estará disponible de forma gratuita hasta el viernes 28 de junio para todas las personas que transiten por el primer piso de las Oficinas Centrales del BCR en San José.

Según informaron desde el BCCR “las obras son solo una representación de las maravillosas criaturas que habitan en este mágico espacio natural, donde la gran mayoría de organismos no han sido retratados anteriormente”.

Con esta exposición, tanto Hiller como el BCR, buscan seguir impulsando el aprecio por el arte, pero más aún la relevancia de cuidar nuestro entorno, haciendo uso racional de los recursos naturales y generando acciones que protejan los vastos ecosistemas naturales que tiene nuestra Costa Rica.

El encanto de lo desconocido

Las primeras obras pictóricas se inspiraron tras el descubrimiento de una colonia de pulpos con las hembras cuidando de sus huevos y el ocasional nacimiento de pequeños pulpos crías. De eso, Hiller fue testigo en la expedición científica Octopus Odyssey que se realizó junto a varios científicos costarricenses, a bordo del Barco de Investigación Falkor (too) del Instituto Schmidt Ocean. En ella se investigó una zona frente a las costas de Guanacaste en el pacífico costarricense.

El Pez de Salvador de Carlos Hiller

El barco cuenta con el imponente ROV llamado SuBastian (submarino de investigación operado remotamente), capaz de descender hasta 4500 metros de profundidad, el cual se convirtió en casi una obsesión para Hiller: lo verán en muchos de sus cuadros.

A través de las cámaras y transmisión en directo del SuBastian, el artista se sintió como un explorador de una Costa Rica hasta ahora totalmente desconocida; Nemo en el Nautilus, su fantasía de niño.