El Ministerio de Comercio Exterior (Comex) presentó el pasado 21 de marzo del 2024, la hoja de ruta para acelerar el impulso de industria de semiconductores en Costa Rica, la cual, responde a la Ley de Chips y Ciencia (Chips Act), aprobada en agosto del 2022 por el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden. Pero como pasa con muchas de las estrategias del país, se ponen “los huevos, …sin canasta”, ya voy a entrar a detallar el significado de tan coloquial frase, pero real en el contexto de la inversión en sectores donde a veces “no tenemos ni el perfil productivo, ni las condiciones, o estas últimas son incipientes”, pero esperamos sea un imán de inversión extranjera directa y “esperanza del país”.
En primer lugar, la industria de semiconductores está liderada por Estados Unidos, China, Taiwán, Corea del sur y Japón. En el caso de Estados Unidos ha disminuido posicionamiento y hegemonía, siendo desbancado en casi todas las capacidades necesarias por China, país que cerro el año pasado con un crecimiento de 5,2%.
Lo anterior, es para dar cuenta del calibre de los competidores a los que Costa Rica les haría frente. Costa Rica entraría a un sector ya dominado por estos grandes jugadores. Aunque de forma evidente la producción de Costa Rica sería mucho menor comparada con estos países, si Costa Rica establece alianzas con países o empresas que son competidores directos de China, podría ocasionar evidentes tensiones, más las empresas son estadounidenses o taiwanesas, esto podría verse con recelo por parte de China. Asimismo, dependiendo de las políticas comerciales, como tarifas o restricciones a importaciones/exportaciones en este sector, estas podrían ser desfavorables o discriminatorias hacia las empresas chinas. La pregunta hasta aquí es: ¿vale la pena entrar en este pulso?
En otros temas, claro está que estas empresas requerirán “incentivos”, así que es casi un hecho que entrarían al país en régimen en de zona franca; el sector que en promedio aportó 20 mil empleos anuales durante el período 2020-2022, pero diciembre del 2023 sólo alcanzó 5.506, lo que representa una caída del 73%, cifras que, aunque bien son atribuidas al tipo de cambio (apreciación del colón), nos dan luces de que ante un shock, estas empresas actúan como cualquier otra (no contratan o bien despiden) y con la prerrogativa de abandonar el país en cualquier momento, o de automatizar procesos (muchas de estas empresas ya lo implementan).
En términos generales, a la hora de analizar las modificaciones normativas que la hoja de ruta de semiconductores plantea, tomando en cuenta solo la modificación de las posibles leyes que hay que hacer (aquí no se consideran políticas específicas, eso es muchísimo más), estamos hablando de la modificación de más de 14 leyes que, tienen que ver con temas como: educación (¿podría modificar el FEES o su distribución?, es una gran pregunta), propiedad intelectual, ciberseguridad, migración, temas fiscales, temas de tramitación, entre muchos otros. En términos de financiamiento, toda esta infraestructura la aporta el país, la contraparte no se visualiza, al menos no en esta ruta ni en sus pilares.
En términos de formación y mercado laboral, la hoja de ruta plantea todo un proceso de modificación en la curricula, orientado hacia los intereses de estas posibles empresas que se insertarían en el país. Incluso ya con responsables establecidos como: el INA, CONARE, CONESUP, MEP, entre otros. Entonces, ¿ya existen acuerdos entonces?, ¿ya hay información de la demanda?, ¿ya se tiene garantía sobre estos puestos de trabajo? Jugar con la educación es muy peligroso, sin un panorama claro de a dónde irán a parar estos profesionales de altísimo nivel, ni quién afrontará realmente estos costos.
Esto representa una preocupación muy grande, en un país con altas cifras de desempleo, un aumento en el desaliento y una zona franca que a finales del 2023 no fue “tan dinámica” como lo estábamos esperando, así como un tipo de cambio tan inestable y desfavorable para el sector exportador.
¿Pero, qué tiene que ver el agua en todo esto? La industria necesita miles de litros de agua para operar, en 2015, Intel utilizó aproximadamente nueve mil millones de galones de agua, muchas de las instalaciones de semiconductores en Taiwán experimentaron interrupciones significativas debido a la escasez de agua durante una sequía severa en 2021. ¿Cuál es panorama en Costa Rica, que ya experimenta un faltante significativo de agua en las comunidades? Centrándonos en la GAM, el caso alarmante de San José y sus cantones, con repetitivas crisis de aguas, desabastos, recursos interpuestos, caos, malestar vecinal y un presidente del AyA que no da la cara, y que no entiende por qué la gente se manifiesta ante el faltante de agua. Ahora bien, la ruta en ninguno de sus pilares hace referencia a esto, es más ni lo menciona, no se sabe cómo manejarán el tema del recurso hídrico, que en mi opinión es el más serio de todos los pilares que enlista esta estrategia.
Estas evidencias lo que provocan es un mar de dudas, y la interrogante central de ¿a qué le estamos apostando? No hay agua para los vecinos y vecinas, pero sí para “30 inteles” más, no sé ustedes, pero esta ruta de semiconductores prefiero que corra como el agua.
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