En este 2024 estamos claramente en modo The last of Us (por amor a Dios vean está historia de sobrevivencia apocalíptica en Max). Asesinatos en cada esquina a cada hora, no hay agua o está contaminada, el Poás y el Rincón de la Vieja están por reventar, Bad Bunny es tendencia en los Met Gala, el cielo tiene una neblina rara pero no llueve, huele a azufre y ahora el apagón es inminente…
Señoras y señores, el día del juicio está próximo (18 de mayo según Los Simpsons). Entonces, antes de que el ICE nos corte la electricidad y se acabe este sin sentido, les recomiendo que vean Baby Reindeer (veala en Netflix).
Dicho lo anterior, empecemos. Me llama la atención como hay gente que experimenta la vida de forma totalmente diferente. Es difícil pensar en sentir distinto, afrontar lo que sucede de forma diferente pues aun haciendo un ejercicio de empatía, solo tenemos nuestra experiencia de vida y eso nos construye y a veces destruye de manera específica, es decir, somos como somos y sentimos como sentimos, claro, salvo que seamos Jame McAvoy en Split y tengamos 23 personalidades (les recomiendo mucho que vean Split en Max o en Prime)
La semana pasada vi la mejor serie que he visto este año, y de las que más me ha interpelado en mucho tiempo (quizás la que más). Hablo de Baby Reindeer. Probablemente ya la vio pues dichosamente la serie pese a lo densa que es en lo emocional se volvió muy popular. Pero si no la ha visto, véala.
La serie es un relato basado en la vida real de Richard Gadd, quien la produce, dirige y protagoniza. De manera superficial la serie trata sobre cómo el protagonista afronta una situación de acoso por parte de una mujer, cómo la mujer lo acosa, qué los impulsa hacer lo que hacen y cómo sus traumas del pasado habitan en su presente. De feliz Baby Reindeer tiene muy poco.
El relato en su primer episodio hace pensar que estamos viendo una serie de comedia negra pero muy pronto la comedia deja de ser comedia para convertirse en un drama muy triste, muy bien hecho.
Ahora bien, para películas de sobre una mujer obsesionada por un tipo, vean la mejor, la gloriosa: Misery (véanla en Prime Video). Acá, la coprotagonista, interpretada por excelente Kathy Bates, toma a su escritor favorito como rehén (diría que algo peor y más raro que solo ser rehén) y pretende obligarlo a seguir escribiendo su serie de novelas favoritas. Si no ha visto, Misery véala que es estupenda.
Volviendo a Baby Reindeer, en el cuarto episodio, y en menos de una hora, se logra un desarrollo de personaje espectacular: entendemos no solo por qué el protagonista actúa como actúa, sino que compartimos su profundo pesar. Este capítulo es superior, es de esos episodios que marcan una serie (pocas series los tienen), que hacen decir, ‘esto estaba muy bien, pero ahora entiendo que estoy viendo algo sobresaliente’. Viene a ser algo así como el episodio de la cena de navidad en The Bear (¿No ha visto The Bear? Que falta de todo, cambie. Top 3 de mis series del 2023, en fin… Véala por favor en Star+) o el episodio de la Boda Roja en Game of Thrones (En Max)
Ubicar de dónde viene la tristeza no siempre es evidente, especialmente si está instalada desde hace muchos años. Rastrear los pesares y tratar de darles forma, no garantiza su alivio, pero al menos nos permite entendernos en el presente, y eso es un paso en la dirección correcta (o al menos eso me ha dicho algún psicólogo). Ese es el ejercicio que intenta el protagonista de nuestra serie.
Otro camino que podemos tomar es evadir o intentar evadir la tristeza. Una posible ruta para esto es olvidando la raíz del pesar. Este método es el utilizado en una película profundamente triste y bella, que me cuesta creer que no ha visto, pero solo por si acaso, acá la debo recomendar: Eternal Sunshine of the Spotless Mind (parece que se encuentra tanto en Max como en Prime Video). En esta peli vemos a Jim Carrey en el mejor papel de su vida (junto a diosa Kate Winslet), tratando de olvidar un amor demoledor por medio de una tecnología que aún no existe, pero de seguro pronto existirá. La película mueve y remueve sentimientos, felices y de tristeza, pero siempre con ternura y con talento. En serio véala y llore conmigo.
Volviendo a la serie que nos ocupa, Baby Reindeer debe verse si:
- Desea ver una historia muy humana de gente rota.
- Desea reflexionar sobre cómo nuestra historia de vida nos tiene como nos tiene.
- Es psicóloga (o) o psiquiatra.
- Asiste a la psicóloga (o) o pisiquiatra. (Mejor pregúntele a su psicólogo (a) si es buena idea ver esta serie).
Baby Reindeer no debe verse si:
- Está muy triste.
- Es de las personas que revisan el celular mientras pasa la serie o película.
- Es del partido Nueva República.
- Es y ha sido muy feliz la mayor parte de su vida.
En Baby Reindeer sucede que la calidad e intensidad de los últimos episodios es tal que cuando terminan se siente y se piensa que fue el final de la serie, y tiene el mágico efecto que casi pertenece solo al mundo del cine (y en rarísimas ocasiones) de que cuando la pantalla se va en negro a los créditos uno guarda silencio para no romper el estado anímico, ese silencio de varios segundos en donde se procesa lo visto, ese silencio de no tener nada que decir porque lo visto repercutió en los tensos hilos que nos mantienen unidos pese a nuestras grietas.
Finalmente, y cambiando de tema, la columna de la semana pasada me dejó no pocos comentarios llenos de ira y desprecio y quiero compartir los mejores.
"Esto parece que lo escribió un estudiante de primer año para la tesina de generales. Sea webon. Yo entiendo que quieran ser críticos y esta bien. Pero sean un poco más serios".
(Siendo que mis falencias son ocasionadas por la falta de vitamina B12, cursar generales no serviría, nada de tesinas. La suerte está echada).
"Que ridiculez, e eso cómo se le puede llamar, periodismo creativo o decadente?"
(Mi texto no es un ejercicio de periodismo, pero sí es un ejercicio decadente. Aguda observación).
Mi favorito:
"El que escribió esto es una marionetas mas no se da a respetar lo están utilizando y más adelante lo tiran al basurero que es el lugar que se está dando".
(Diego Delfino: Le solicito que me respete. ¿A cuál basurero me piensa tirar?).
Y eso es todo por esta semana, espero que sean muy felices y que cuando toque transitar por la tristeza lo hagan procurando su bienestar. Muchas gracias por leerme y vean Baby Reindeer.