Soy José María Silos Rodríguez, capitán de la marina mercante española, doctor Cum Laude en Ciencias Náuticas por la Universidad de Cádiz, homologado a Doctor Docente de la UCR y, hasta la fecha, el único doctor con ese perfil en toda Centroamérica, Docente Catedrático en la Sede del Caribe. Tengo una maestría en Hidrografía y Cartografía Nivel A, acreditada por la OHI (Mónaco) y la especialidad como Analista de Sistemas por la Escuela de Informática de la Real Armada Española y, en ambas especialidades, fui número uno en mis promociones; en mi haber cuento con once libros publicados, 27 artículos publicados en revistas arbitradas especializadas de marina a nivel internacional y de la OIT, amén de otros avales que no me interesa mencionar, y Ustedes, que me están leyendo, se preguntarán: ¿a qué viene tanta aclaratoria?, pues bien, estimados lectores es una respuesta al artículo publicado por el señor Jorge Fallas, en el cual, de forma abyecta y faltando a la verdad, arroja sombras sobre mi persona (a la que denomina “un español que no ha encontrando cabida en otro lugar”, y sobre todos los que estamos firmes y decididos a hacer avanzar la Marina Mercante en Costa Rica como capitanes que somos, con sobradas acreditaciones de excelencia académica y de práctica profesional, así como del staff de profesionales costarricenses que laboran en la misma carrera e institución desde sus inicios, en el año 2012.

Antes de seguir con las pertinentes aclaraciones, debo ante todo explicar que, la formación como marino mercante en cualquier país requiere de dos titulaciones: una, la académica de formación, es decir, el pregrado; y, dos, que dicha titulación expedida por la academia sea reconocida por su debida certificación profesional por parte del ente público nacional que rige a la marina mercante del país, en el caso del reino de España el Ministerio de Fomento, y, en el caso de la república de Costa Rica por el Ministerio de Obras Públicas y Transporte (MOPT).

Para la acreditación académica, la Organización Marítima Internacional (OMI) exige, para que estos estudios puedan estar homologados internacionalmente, que la academia debe contar con un plantel de capitanes. Para llegar a ser capitán, es decir, con mando de buque en aguas internacionales, pasan no menos de 10 años desde el respectivo egreso, hasta que, ascendiendo como 3° oficial, a 2° oficial y 1° oficial de Puente, el profesional puede ejercer como Capitán de Marina Mercante con una naviera. Actualmente, a la formación de egresado como “Ingeniero de Marina Civil” (UCR), o como licenciado de Marina Mercante en el resto de los países, la persona profesional deba seguir complementando estudios con una maestría, para poder acceder a dicho título de capitán.

Primera aclaratoria

Los trámites para ofrecer la carrera de marina civil en Costa Rica se iniciaron mucho antes de me radicara en el país. La sede de dicha ingeniería estuvo estudiándose entre Puntarenas y Limón y la decisión afortunada de que estuviera en la provincia de Limón fue una decisión nacional, a cargo de diligentes funcionarios de la UCR que, años después, conocí. De modo tal, que el desarrollo de la planta física y sus debidas instalaciones de última generación en Latinoamérica pudo haberse hecho en Puntarenas, si allí hubiera quedado la carrera, y se hizo aquí para la excelente formación de los y las estudiantes, dicho avance se ejecutó por las necesidades de nuestra demandada carrera que llegó a una cúspide de 130 alumnos, un número bastante extraordinario para el país, de modo tal, que es faltar a la verdad que, el hecho de crear las instalaciones de los simuladores de navegación en la Sede del Caribe, haya sido consecuencia de obscuros intereses por subvenciones para edificios y simuladores de navegación, al decir de Jorge Fallas: “innecesarios”.

El avance en materia de profesionales acreditados académicamente para el ejercicio de la docencia en marina civil, y, la creación de la infraestructura requerida para hacer nuestra carrera homologable internacionalmente se realizó por la necesidad fáctica de cumplir con los estándares internacionales para ofrecer con garantías estos estudios específicos y especiales, con lo cual, si la sede hubiera sido Puntarenas, se hubieran desarrollado allí.

Segunda aclaratoria

Inicié mis labores como docente profesor invitado dos años, en 2012 y 2013, hace doce años atrás, luego ejercí la docencia como profesor visitante tres años, desde el 2014 hasta el 2017, adquirí mi plaza como profesor en propiedad en el año 2017, cumpliendo todos los recaudos y requisitos exigidos por la Universidad de Costa Rica para concursar y ganar la plaza académica, es decir, no soy ningún advenedizo con “argolla”, mi quehacer como académico, investigador y profesional rebasaron el puntaje para ganar el concurso, al que, por cierto se ha podido presentar cualquier interesado, bastaba con cumplir oportunamente lo exigido en los carteles publicados en La Nación.

Es decir, yo no necesitaba venir a buscar trabajo en Costa Rica, ya que ejercía de docente en la Universidad de Cádiz, con un salario superior que él que aquí recibo. ¿Por qué vine?, vine porque el proyecto me pareció interesante y quería ayudar a este país, que ahora es el mío, para que alcance el desarrollo en el área marítima.

A más abundamiento, en el año 2012, cuando me solicitaron y nombraron de manera unánime por la Asamblea de Sede para que ejerciera como coordinador de la Carrera de Marina Civil, mi primera tarea fue buscar capitanes marinos costarricenses, y pese a la falsa acusación de Jorge Fallas en su artículo, eso fue lo que hice.

Mi primer contacto fue con JAPDEVA, que, como recordarán, tenía prácticos en sus puertos, los cuales gozaban salarios muy superiores, que triplicaban a los que les ofrecía la UCR y todos nos dieron la espalda en su momento hasta que, la nueva Terminal de Contenedores de Moín, de APM Terminals, puso en aprietos a todo el personal reduciendo sus ingresos, pero eso ocurrió casi diez años después, con lo cual, empezaron a llamar a las puertas de la UCR Sede del Caribe, cuando ya teníamos casi diez años funcionando; de tal suerte, que para el corazón profesional de la carrera, y dados mis contactos internacionales, solicité el apoyo a capitanes egresados de la Universidad Marítima del Caribe (UMC) creada en 1811, en Catia la Mar, Venezuela, es decir, una universidad con 213 años de antigüedad, de la misma Latinoamérica.

Con orgullo puedo hablar de mis colegas capitanes venezolanos: uno es exrector de la UMC, doctor y exdirector de postgrado de la misma institución, otro, capitán de altura, magíster y práctico sobre el río Orinoco y exjefe de Prácticos del Puerto de Maracaibo, nuestra actual coordinadora, también egresada de la UMC con experiencia profesional en navegación trasatlántica y magíster. Pero me detengo aquí. En la carrera también estuvieron como docentes el capitán Daniel Parrot, capitán y docente de la Universidad de Maine (USA), Frank Mustelier como jefe de Máquinas, egresado de la Universidad Marítima de Cuba, y egresado como ingeniero mecánico en la UCR con dilatada experiencia en motores de buques, cubano-costarricense y pensionado, el Licenciado en Radioelectrónica José Manuel Perdiguero egresado de la Universidad de Cádiz (UCA), el capitán Jorge Pinel, costarricense y práctico de JAPDEVA, actualmente pensionado, y el doctor Oscar Porras, costarricense y profesor en propiedad de la misma Universidad de Costa Rica, adscrito en su momento a la Sede de Puntarenas, también pensionado. Es decir, procedemos de varios países, los que hemos impartido y seguimos impartiendo lecciones en la carrera.

Por otra parte, y para conocimiento de los lectores, la carrera tiene 180 créditos académicos, de los cuales, los capitanes “extranjeros” sólo impartimos unos 35 créditos, es decir, cerca de la sexta parte de los créditos académicos, los restantes 145 créditos académicos han sido y están siendo impartidos por nacionales costarricenses: Ingenieros electromecánicos, uno de ellos doctor por la Universidad Complutense de Madrid, ingenieros mecánicos, abogados, médicos, ingeniero industriales, ingenieros químicos, matemáticos, físicos, informáticos, doctores en Enseñanza del Inglés.

Las materias de meteorología las impartieron en su momento, doctores de la Sede de la Rodrigo Facio con plaza en propiedad, también costarricenses, de tal suerte, que decir que es una carrera excluyente de los nacionales es, de manera ex profesa, alzar una afirmación falsaria. Los que impartimos las lecciones del corazón profesional de la carrera, no impartimos clases más allá de una sexta parte de los créditos académicos, el resto, son compatriotas nacionales, porque yo también soy costarricense, aunque nacido en Madrid.

Tercera aclaratoria

Ejercí la coordinación de la carrera de marina civil desde el 2012 hasta el 2018, seis años, y bajo mi responsabilidad y cargo, me ocupé junto al equipo de docentes que me acompañaban en ese momento, de intentar homologar los títulos en el país para marinos mercantes, seleccionar los mejores currículos de las personas que iban a estar como docentes acordes a las exigencias académicas de la UCR y de la OMI, levantar la demanda de la carrera hasta 130 estudiantes, determinar las especificaciones técnicas para la adquisición y puesta en marcha de los simuladores, esto aunado a las labores de docencia, y en ese tiempo, además escribí dos libros.

En el caso de Jorge Fallas, no aprobé su homologación porque contaba con una titulación como bachiller, de Brasil, que allí únicamente son tres años de carrera, ni siquiera los cuatro años que se exigen en Costa Rica y para poder homologar sus créditos profesionales, debía llegar a 144 créditos como mínimo, y en mi evaluación le ponderé con 80 créditos (“quizás esa sea la inquina que le mueve”).

Yo estoy casado con la excelencia académica, venga de donde venga, sin prejuicios, a diferencia del tufo xenófobo del articulista, o es que ustedes, estimados lectores, ¿piensan que una carrera de nuevo cuño en un país se puede abrir sin contar con apoyos académicos y profesionales extranjeros, cuando en el país los nacionales (con las mencionadas excepciones) no cumplían con los requisitos exigidos por la OMI para laborar en la carrera? Egresé de la Politécnica de Cataluña siendo mi promoción la número 203, es decir, que esa Universidad cuenta con más de 240 años de enseñanza náutica. Los estudios náuticos en Cádiz, donde me doctoré, tienen más de 500 años, y la Universidad Marítima del Caribe, en Venezuela, se fundó en 1811, es decir, 213 años.

Aquí no hemos sido menos, ni vamos a serlo, si de verdad queremos que nuestros estudiantes cuenten con los y las docentes con el perfil académico requerido. Desde el año 2018 hasta el 2020, por la coordinación pasaron seis coordinadores de carreras, todos nacionales costarricenses con excepción de uno, que era nicaragüense, incluido un licenciado en agronomía ¡extraño¡ ¿Por qué duraron tan poco?, se preguntarán, pues razones varias que se pueden resumir en una: falta de compromiso. Uno envió su carta de renuncia desde Florida, USA, cuando siendo coordinador de la carrera, aprovechó el cargo como trampolín para sus intereses personales y ni siquiera indicó a nadie en Limón que abandonaba la responsabilidad; a otro, le pareció mas atractivo laborar en embarques norteamericanos que laborar en nuestra noble institución, y otros porque los ingresos acordes a su rango académico le eran insuficientes ante sus necesidades; por no contar con la antigüedad, ni el perfil académico que les permitiera tener ingresos más atractivos; sus respectivos tránsitos por la coordinación de Marina Civil de la UCR les sirvieron para una colocación profesional que cubriera sus expectativas económicas. Estos antiguos coordinadores fueron nacionales costarricenses y un nicaragüense, repito, seis coordinadores en dos años. Esta situación no es la que tenemos en la actualidad.

Cuarta aclaratoria

Prefiero pensar que el articulista obra antes por desconocimiento que por mala fe cuando se refiere a la homologación ISO 9001-2015 y la supuesta pérdida por negligencia de capitanes extranjeros. Eso no es cierto, lo afirmo con toda rotundidad. Es otra tramoya maléfica. Fue a un coordinador de Marina Civil costarricense a quien el semiólogo director anterior de la Sede del Caribe le encargó tal responsabilidad y por su negligencia, ambos causaron que la institución perdiera catorce millones de colones y la esperada homologación, por cierto, dicho antiguo director también decidió pensionarse cuando le quedaban tres años por delante como director de la Sede del Caribe, y su mano derecha, la vicerrectora Académica del momento, catedrática con plaza en propiedad, decidió renunciar y abandonar el buque, dejando ambos, tras su nefanda gestión, problemáticas y enconos que hemos reencauzado, para fortuna de toda la comunidad universitaria de la mano del rector doctor Gustavo Gutiérrez y el director de la Sede del Caribe MsC Walter Anderson.

Quinta aclaratoria

La actual coordinación de la carrera de Marina Civil de la UCR, ha impulsado el trabajo comprometido, respetuoso, empático y altamente técnico entre los docentes. Sus resultados están a la vista hemos logrado:

  • La homologación ISO 9001-2015.
  • La homologación de la titulación académica por el MOPT.
  • Graduar a seis estudiantes, y otros tres estudiantes se encuentran realizando sus prácticas con embarques, otros siete están culminando su trabajo final de graduación.
  • Elaborar un plan remedial para que todos aquellos que quisieran culminar sus estudios con el currículo anterior pudieran hacerlo, y, pese a la campaña en contra, hubo estudiantes que retomaron sus estudios para finalizarlos.
  • Dar apertura a nuevos ingresos este 2024 y esperamos más los siguientes años, a quienes esperamos con los brazos abiertos.

Eso es lo que hace una persona por amor a Costa Rica, con amor y compromiso a su trabajo, haya nacido donde haya nacido y no es cierto que la carrera no funcione aquí, todo lo contrario, hemos dado muestra de resiliencia que a los resultados favorables de estos tres últimos años están a la luz, pese a los atropellos, desconocimiento, maledicencia, acoso laboral sufridos en carne propia y oratoria xenófoba en los que lamentablemente nos hemos visto afectados por las anteriores gestiones de la sede, la anterior vicerrectoría académica de la UCR, personajes como en mentado articulista, y algunos estudiantes que, a pesar de tener sentencias favorables por la justicia, ya tienen por deporte encender el ventilador y verter, en redes sociales y algunos medios de comunicación, más vísceras que intelecto, a ellos se les extendió la posibilidad de culminar sus estudios náuticos con el plan remedial y, ninguno aceptó culminarlos, a pesar de sólo quedarles los seis meses de práctica para culminar su carrera, cuestión que da que pensar, pero esa no es mi decisión sino de cada uno de ellos.

Para finalizar, quiero dejar en claro que no acepto el trato xenófobo del articulista, no comparto, ni acepto las falsedades vertidas en ese artículo, me da pena ajena los problemas de sintaxis y errores gramaticales básicos que se leen en el artículo, y me veo obligado a escribir esta réplica por este medio para que no exista historias confusas a la comunidad en general y a nuestros estudiantes en curso y por venir.

No comparto, ni acepto el trato indigno que se nos da a quienes sólo hemos venido a impulsar la Marina Mercante del país formando a excelentes profesionales de los cuales aspiro que sean éticos y profesionales altamente competentes en el ejercicio de sus labores, que un día nos releven como docentes en esta noble casa de estudios superiores, y que aprendan de sus experiencias y vean en quienes seguimos al frente de la responsabilidad de la mejor formación académica que la UCR puede brindarles, que un capitán se forma durante toda la vida, el título les abre una puerta, pero su formación no concluye allí, que un capitán no se presta a chismes, que un capitán resguarda vidas y bienes, hace frente a la adversidad con compromiso y sus saberes, y que finalmente, un noble capitán no abandona el buque en tiempos de mala mar.

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