Por Daniela Gómez Zapata - Estudiante miembro del Falcon Fury Marching Band
El Dr. Alfred Tomatis, creador de la pseudoterapia basada en la musicoterapia, mencionaba que escuchar música clásica siempre ha generado relajación y habilidades de concentración, además de demostrar que este tipo de música, específicamente la de Mozart, supone que un bebé o persona en general pueda lograr desarrollar la parte intelectual del cerebro. En el artículo presente se hará un análisis crítico de dos posturas que nacen de debates surgidos en la sociedad. Dichas posturas consisten en el contraste entre la efectividad o inutilidad del efecto Mozart durante el embarazo de una mujer y el impacto en su bebé.
Por un lado, se encuentra la primera postura, la efectividad. Esta es la más común de ambas, ya que gran parte de la población la defiende y asegura su validez. Gracias al método Tomatis, un programa de escucha con el fin de estimular el cerebro, parte de dicha población comprende que la música clásica impacta en la corteza cerebral de un bebé, es decir, la activa, pero ¿qué provoca este género en el cerebro una vez activo? Se menciona, por medio de estudios realizados a finales del siglo pasado, que el niño en el vientre desarrolla capacidades de memoria o concentración, razonamiento matemático, fortaleza de aprendizaje, y estimula la creatividad.
Por otro lado, se identifica la segunda postura, la cual sería la inutilidad. Las personas suelen crear controversia del tema, ya que parte de las investigaciones de Tomatis que se han hecho a lo largo del tiempo demuestran su efectividad, sin embargo, no por sí sola. Se dice que, para lograr obtener resultados completos, el infante debe complementar la estimulación de la música clásica con la realización de actividades como la lectura o practicar algún deporte, con el fin de mantener la corteza cerebral activa y estar en constante aprendizaje.
El estudio del tema se llevó a cabo, ya que los científicos desencadenaron un gran interés por el proceso cognitivo del bebé durante el proceso de gestación, y demostraron que este género musical impacta de manera positiva a la vida del ser humano expuesto a ella. Sin embargo, actualmente existe mucha controversia del caso, por el motivo de que con el paso del tiempo las personas se vuelven más testarudas y la cultura social relacionada con la época del nacimiento, así como la popularidad de la música clásica, cada vez disminuye más.
Es importante resaltar que, como una conclusión personal tras previo análisis, se puede asegurar que la música clásica no solo contribuye al desarrollo cognitivo, sino también hay pruebas de experimentos con niños epilépticos en los que se pudo modificar el electroencefalograma y disminuir las descargas epileptiformes en el registro, lo cual demuestra con hechos que efectivamente la música provoca efectos positivos en la mente de las personas y, en este caso, la música clásica favorece el desarrollo cognitivo de los niños dentro del vientre materno. No obstante, no se descarta la idea de que el cerebro es un órgano que debe estar en constante formación, así que la música clásica contribuye al desarrollo prenatal, pero también posterior a ello se debe mantener un ritmo de continuo aprendizaje para alimentar de manera proactiva el cerebro.