Por Daniela Castillo Esquivel - Estudiante de la carrera de Relaciones Internacionales

Las cadenas y sistematización de procesos son herramientas clave para facilitar un comercio eficiente, pero ¿qué ocurre cuando una parte de esa cadena deja de funcionar correctamente? El comercio internacional representa el motor global de crecimiento que se moviliza a través de la globalización y sus cadenas de suministros globales. Aunque este sistema trajo mejoras en la fluidez del libre comercio, actualmente existe una crisis en cuanto al tráfico y circulación de los suministros alrededor del mundo. No hay suficientes recursos para atender la demanda de los consumidores. Para poder resolver esta crisis de transporte global en las cadenas de suministros, es necesario implementar medidas de integración tecnológicas orientadas hacia un aumento en el consumo local.

Para entender mejor cómo funcionan las cadenas de suministros es necesario conocer sus componentes y sus objetivos; “son estructuras organizativas complejas, variadas, fragmentadas, dinámicas y evolutivas” (OIT, 2022, párr. 2). Estas organizaciones transfronterizas producen bienes o servicios para venderlos, conectando productos con consumidores y viceversa. Por medio de una colaboración entre fabricantes, proveedores, transportistas, almacenistas y vendedores (Evaluando ERP, 2022), estas cadenas logran relacionarse con el comercio y el consumo alrededor del mundo.

Desafortunadamente en los últimos años se ha visto un deterioro en el manejo de las redes de transporte, lo cual genera un atasco logístico, aumenta el nivel de tensión y reduce la funcionalidad de las cadenas de suministro. Si bien en procesos globales de comercio existe una gran complejidad e interdependencia de factores y actores, una solución accesible (y ya tomada en cuenta) es la implementación de la tecnología para simplificar los procesos y reducir los puntos de conflicto en las cadenas.

Desde una mejor conectividad, una administración remota, hasta un aumento de seguridad, la tecnología (y especialmente la digitalización), se ha demostrado que puede tener grandes beneficios para el área de comercio global. Pero, así como la tecnología ha facilitado muchos procesos, esa misma ha cambiado la perspectiva y la manera en que se consume en el mundo. El comercio electrónico (e-commerce) “tiene un perfil muy complejo de demanda y de rutas de entrega” (Campos, 2019, párr. 9). Los clientes ahora quieren sus entregas el mismo día, quieren comprar siempre los mismos productos al mismo precio y quieren soluciones inmediatas a sus necesidades. Por otro lado, la pandemia trajo consigo un cierre y luego una reapertura repentina del comercio: “casi de la noche a la mañana, la maquinaria mundial volvió a engranarse. La demanda se recuperó, pero la oferta de barcos y componentes era incapaz de asumirla” (Borja, 2021, párr. 3). Ni los más grandes avances tecnológicos (o de transporte, en este caso) han logrado atender esta alta demanda.

Si la tecnología no tiene la velocidad de adaptación necesaria para satisfacer las necesidades de los consumidores, entonces ¿cuál es la solución? La respuesta se encuentra en dejar de acomodarse y más bien en tratar de modificar el comportamiento de los consumidores. Un cambio de mentalidad hacia un consumo local. La misma tecnología que agilizó los procesos de las cadenas de suministros globales puede adaptarse a las cadenas de suministros colaborativas, creando una red que integre los puntos de venta, transportistas y proveedores locales. Al introducir este tipo de cadenas de suministro se pueden crear nuevas rutas de transporte, con menores distancias y costos, donde “el abastecimiento no se vería comprometido y el consumo local se impulsaría” (Serrano, 2020, párr. 5).

Para poder resolver la crisis actual del transporte en las cadenas de suministros globales es necesario replantear la manera en la que se aborda el problema. Sí, es fundamental continuar en el camino de la digitalización y el uso de la tecnología como pilar para el comercio global, pero es necesario emplear esa misma tecnología para hacer crecer las cadenas de suministro colaborativas; para hacer crecer la mentalidad del consumo local. No importa cuánto evolucionen las sociedades, cuántos nuevos productos se ofrezcan o cuáles tendencias surjan, las cadenas de suministros nunca podrán satisfacer la creciente demanda de los consumidores. Las personas siempre van a querer vender y comprar más. Al apoyar los comercios locales, se necesitarán menos estrategias, recursos y tiempo para manejar el comercio global. “Piensa global, consume local” (Inboplast, 2019, párr. 2).

MOXIE es el Canal de ULACIT (www.ulacit.ac.cr), producido por y para los estudiantes universitarios, en alianza con el medio periodístico independiente Delfino.cr, con el propósito de brindarles un espacio para generar y difundir sus ideas.  Se llama Moxie - que en inglés urbano significa tener la capacidad de enfrentar las dificultades con inteligencia, audacia y valentía - en honor a nuestros alumnos, cuyo “moxie” los caracteriza.

Referencias: