Editorial

— El sesgo de confirmación es nuestra tendencia a buscar o interpretar información que respalde nuestras creencias, expectativas o hipótesis preexistentes.

— Si alguien quiere pensar que el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) actúa de forma caprichosa y dictatorial, incluso frente a clara, concreta y contundente evidencia que le demuestre lo contrario, optará por decantarse por cualquier argumento falaz que le valide lo que ya decidió creer.

— Naturalmente, si alguna voz populista que aquella persona incauta tenga por referente azuza las aguas y alimenta el pensamiento mágico pues con todavía mayor facilidad decidirá creer a ciegas en aquello que ya decidió dar por cierto, sin tomarse el trabajo de confirmarlo.

— “Vivimos en piloto automático” dice el neurocientífico Facundo Manes, de quien ya les he hablado antes.

Generamos los sesgos, que son como anteojos, y vamos por la vida, en un mundo ambiguo, ignorando todo lo que no coincide con lo que pensamos y tomando todo lo qu...